08/11/2021
LLANCACURA BAJO; .. así nos usurparon la tierras ..
Corría el mes de Junio del año 1905 y en el cordón cordillerano de Llancacura nacía nuestro abuelo Adrian Llanquilef Leal, fue cazado bajo norma tradicional mapuche con Mercedes Arel Nauco, tuvieron siete hijos todos de apellido Llanquilef Arel.
Un certificado antiguo del Registro Civil de Quilacahuin indica que fueron sus padres Manuel Llanquilef y María Adelina Leal, ambos nacidos también en Llancacura pero sin registro oficial de nacimiento por no existir aun en esa época presencia del Estado chileno.
Fue en la década de 1930 y cuando nuestro abuelo Adrian Llanquilef Leal tenía 25 años de edad que se dio inicio al proceso de subdivisión de las comunidades bajo la llamada Ley de Propiedad Austral, desde un principio quedo muy en claro que ese proceso no consistió en otorgar a nuestros Lov un reconocimiento de sus tierras, sino que solo reconoció una ínfima porción de las antiguas posesiones, sellando de esta manera el despojados de todas las tierras que se declararon baldías, las que pasaron a manos fiscales y a particulares, alemanes en el ca*o de Llancacura.
Numerosos son los antecedentes históricos jurídicos que relatan las formas cómo se condujo el despojo de las tierras ancestrales Williches del sur, en Llancacura el asunto no fue distinto, la información recolectada identifica al alemán Germán Hutt y luego su hermano Guillermo Hutt como agentes vendedores de 14 hijuelas del fundo Llancacura o Lilcopilli al estado chileno, el que compro en 1936 por intermedio del Ministerio de Tierras y Colonización, sumando todo ello una superficie de más de cinco mil hectáreas.
Si, el estado chileno se apropio de la tierra ancestrales de los Llanquilef - Arel cuando nuestro abuelo tenía 31 años de edad, la legalización del despojo indica que luego de posesionado el estado este procedió a hijuelarlo y en el año 1951 entrego 506 hectáreas de la Reserva Forestal Llancacura a la Universidad de Chile, acto seguido cedió más de cuatro mil hectáreas, la totalidad de la Reserva Forestal Llancacura a la Misión Forestal de la FAO (ONU) para que explote el bosque nativo e instale en Llancacura bajo el Aserradero modelo de la FAO.
A nuestro abuelo Adrian Llanquilef Leal, quien seguía batallando porque se le reconozcan todas sus tierras, ese año 1951 el fisco de Chile le asigna la hijuela N° 12 de 38,66 has., bajo D.S. N° 631 del Ministerio de Tierras y Colonización, como consta en el plano confeccionando por el Departamento de Mensura de Tierras, un plano que se comienza a dibujar ese año 1951 y que solo fue terminado en 1959, el que además versa en el alineado materia; “Radicación Voluntaria”, ese plano nuestro abuelo nunca lo quiso firmar ya que entendía que era darle consentimiento al despojo de sus tierras.
La usurpación solo se consumo en febrero 1961 cuando nuestro abuelo tenía 75 años de edad y tan solo a 8 años de su muerte la que aconteció en 1988.
A todos los que conformamos su descendencia no nos quedan dudas que nuestro abuelo pa*o toda una vida luchando por continuar a vivir en sus tierras ancestrales de Llancacura bajo, pero ya con los años encima y sin su esposa e hijos a su lado, pacto ese acto de “radicación voluntaria” como la ultima manera de poder salvar y legar a su descendencia un pedazo de su tierra, para que así esta pueda volver un día, conservar y perpetuar aquí su presencia y cultura.
El despojo fue un flagelo que provoco en nuestra familia Llanquilef Arel un exilio interior, un desmembramiento tal que se materializo con la partida de nuestros padres de su Llancacura que los vio nacer y crecer, soportar a*o no debe haber sido nada fácil para nuestro abuelo Adrian Llanquilef Arel, ver en la medida que pasaban los años como se iba quedando solo…
Nuestros padres se sumergieron en poblaciones de distintas ciudades de Chile, tuvieron que partir de cero, forjar un nuevo futuro, soportar el racismo crudo del chileno pobre, allí nacimos todos los que constituimos hoy nuestro Lov Llanquilef Arel, vimos y vivimos junto a nuestros padres el desarraigo y con ello la pérdida de nuestra identidad y cultura…
Sin embargo y a pesar de toda esa adversidad ninguno de nosotros rompió el lazo con Llancacura, nunca dejamos de no relacionarnos con nuestro Tuwun, siempre se volvía un par de veces al año para ayudar, apoyar y compartir con los pocos que se quedaron aquí o con los que se instalaron en pueblos vecinos; La Unión, Rio Bueno, Osorno, San Pablo, ellos son hoy el cimiento de nuestro regreso...
En nuestra cultura mapuche la historia no es lineal, es cíclica, por eso los descendientes de Adrian Llanquilef Leal y de Mercedes Arel Nauco, nietos y bisnietos hemos respondido al llamado del Kull-Kull, nuestro Tuwun nos reclama y para ello hemos reconstruimos nuestra comunidad y hacemos pública nuestra historia la que refleja lo que aquí pa*o, no somos los únicos del cordón cordillerano de Llancacura a los que aquí se le usurparon sus derechos territoriales…
Somos hijos del Wenuleufu que afirmamos nuestros derechos amparándonos en el marco legal indígena vigente como también en nuestras propias leyes consuetudinarias AD-Mogen y NOR-Mogen, reconocidas en el Convenio 169 OIT, tipificación que se fundamenta en nuestra propia cultura mapuche.
Chachay Adrian Llanquilef Leal… Papay Mercedes Arel Nauco….
Marrichiweuu…
x Red Arauco Lafkenche