30/04/2022
🌷Quisiera que todas supieran que la mayoría de recién nacidos, quieren mamar más que cada tres o cuatro horas -y a veces permanecer al pecho por largos ratos solo por cercanía, por instinto, por olor, por calor, por movimiento, por calma... porque durante los primeros meses, no conocen nada más que la vida en el vientre y les toma tiempo ajustarse.
🌷Quisiera que supieran que, aunque para nosotras la lactancia es aprendida y viene con retos, ellos vienen listos para succionar. Que la cercanía oportuna y continua permite establecer una producción adecuada de leche, que ellos no intentan manipular, sino todo lo contrario.
🌷Que muchas veces, la demanda abruma. Que no todo es color de rosa. Que cuando creemos que ya logramos un ritmo, a veces las cosas pueden moverse -un virus, un cambio familiar, un brote de crecimiento, una nueva habilidad.
🌷Y sí, quisiera que supieran que es razonable querer parar, o al menos pensarlo. 🌷Que es necesario descansar y que lo cansado no siempre es la lactancia, sino el sistema. 🌷Que a veces duelen los pechos, pero duele más la soledad. Que necesitamos compañía, atención y seguridad.
🌷Que la lactancia es una relación, un vínculo, mucho más que un alimento.
🌷Quisiera que supieran que más que un agua de hierbas, más que un atol, más que una pastilla, más que otra leche, necesitamos olvidar el reloj, ser cuidadas y dejarnos cuidar, llenarnos de oxitocina y nutrirnos bien: nutrir el cuerpo y nutrir el alma, porque también nosotras acabamos de nacer.
✏️ Natalia de Biegler
Psicóloga perinatal
📷 Marion Fayolle