02/04/2024
Dios nos ha creado para que reflejemos su gloria y hagamos todo para que él sea glorificado. En este contexto, surge la idea de que el mayor privilegio que uno puede tener es cuidar y preservar esa imagen de lo divino en su propia vida. Este principio esencial no solo implica un compromiso personal con la moralidad y la integridad, sino que también insta a la reflexión sobre cómo nuestras acciones, pensamientos y relaciones afectan esa imagen de lo sagrado que reside en nosotros.