Cuando empecé a subir al Hospital Alvaro Cunqueiro, me encontré con otros héroes que ya trabajaban voluntariamente animando a todos los niños y niñas que pasaban por allí.
Pero ellos eran mucho más que superhéroes, porque aunque no trepaban por las paredes, ni volaban, ni lanzaban rayos láser, tenían un superpoder que alteraba toda la realidad que les rodeaba: la capacidad de contagiar sonrisas.
Ellos son el escuadrón de Galiclown . Si los ves por ahí, tened mucho cuidado, porque es posible que acabéis patas arriba, llenos de serpentina o cubiertos por una avalancha de peluches. Quién sabe lo que puede ocurrir cuando entran en acción!! Lo que sí es seguro es que lo pasaréis genial.
Tenemos mucha suerte de poder contar con ellos para animar y entretener a los niños y niñas que están pasando por un momento delicado y necesitan más que nada un ratito de alegría que les recuerde lo que son: niños que solo tienen que preocuparse de disfrutar de su infancia.
Así que cuidémosles mucho, porfa. Que el mundo tiene mucho más colorido cuando hay narices de payaso en él.