16/11/2023
Un huarache con costilla de jamaica .mmmm
LA HISTORIA DETRÁS DEL “HUARACHE” TE IMPRESIONARÁ: CARMEN MEDINA LA MUJER QUE NO SABÍA HACER TORTILLAS
La historia del típico platillo mexicano conocido como “huarache” proviene de una madre de 5 hijos, viuda, quien no sabía hacer tortillas, pero su necesidad de salir adelante la llevaron a no desistir de la vendimia de su sazón.
Carmen Medina, quien fue “robada” por su esposo, que así se acostumbraba por la década de 1910; vivió con él vendiendo las cosechas de su campo durante 15 años, hasta que el mencionado falleció inesperadamente. La señora Carmen tuvo que comenzar a ver por sus hijos ella sola.
Se hizo de un pequeño puesto en el mercado popular de Jamaica, comenzando con la venta de gorditas, sopes y tlacoyos de frijol. Sus salsas eran lo que distinguía a su comida del resto de los puestos. Su reconocimiento no llegó luego, sino que se fue dando a lo largo de 15 duros años en el mismo puesto donde estuvo todos los días.
Fue hasta que un carnicero le pidió incorporar unas costillas de puerco a sus gorditas, que Carmen comenzó a alargarlas, dejándolas al mismo precio. Sus clientes comenzaron a comparar su nuevo platillo por su tamaño con un “huarache”. Y así, lo que comenzó como una descripción socarrona terminó siendo el nombre de este delicioso platillo.
Hubo muchos cambios desde que Carmen inició con su negocio: desde contratar a otras dos muchachas que le ayudaran para agilizar el tiempo de cocción de sus “huaraches” hasta casi 25 años después abrir su primer local. Más tarde, la renovación del mercado Jamaica le asignó un espacio dentro, donde no llegaban suficientes personas, pero Carmen y su hijo no se quedaron de brazos cruzados pues buscaron otro lugar con más vista, ampliando gradualmente el negocio.
En ese trayecto, dos de sus hijos se quedaron a su lado, fortaleciendo el negocio de uno de los platillos más populares del país, que ha permanecido casi idéntico al de la señora Carmen en el local del “Huarache AZTECA” Y “El Huarache de Jamaica” locales que pertenecen actualmente a sus bisnietos, quienes han mantenido la tradición que una mujer perseverante logró enmarcar.