10/05/2022
Amigo y compañero antorchista, te invito a leer mi ✍ que esta ocasión se titula:
5 mil antorchistas marcharán en Oaxaca este 19 de mayo
Los antorchistas del estado continuamos denunciando el incumplimiento a los acuerdos de solución a las demandas de miles de oaxaqueños por parte de funcionarios estatales y del Gobernador mismo. Mientras eso sucede, nos hemos reunido con los funcionarios correspondientes, pero los avances son realmente insignificantes.
Nuestras movilizaciones son, en primera instancia, para exigir soluciones, pero a estas alturas del proceso político que vive la entidad, tienen como finalidad última, contribuir a la concientización de las grandes capas populares acerca de los cambios económicos y políticos que se están suscitando en nuestro país.
El capitalismo mexicano ingresó a su etapa neoliberal en los años 70, desde entonces, ha venido desmantelando el llamado Estado de Bienestar, con las reformas laborales y a las pensiones, la reducción presupuestal en servicios de salud, seguridad social, educación, en obras de infraestructura y servicios de las clases trabajadora y media. Esto es así porque el neoliberalismo exige que el Estado deje atrás el llamado “paternalismo gubernamental” para que los ciudadanos vivan únicamente del fruto de su fuerza de trabajo.
El giro que está dando el sistema político con que el neoliberalismo nos gobierna, con las reformas del Presidente como la electoral, la energética -recientemente rechazada-, el aumento del poder al ejército y la incorporación de la Guardia Nacional a éste, así como la desaparición de instituciones autónomas y la sumisión de los poderes judicial y legislativo, responden a la necesidad de acallar y contener la creciente inconformidad de las clases sociales referidas, a las que cada vez se suman más mexicanos.
Las políticas neoliberales de la 4T en Oaxaca tienen su manifestación en la inversión multimillonaria en obras de infraestructura que al final de las cuentas beneficiarán al gran capital, mientras a las clases medias y bajas no se les destina recursos, como lo demuestra la poca inversión y apoyo a las medianas, pequeñas y micro empresas en la pandemia, así como la reducción drástica en obras y servicios a las capas populares.
Ante esto, aumenta cada día la inconformidad, incluso en sectores que antes no se veían afectados. Como se demuestra con las manifestaciones de miembros de la Cámara Mexicana de la Industria de la Construcción (CMIC) que piden ser tomados en la asignación de las obras públicas; o los trabajadores de la Confederación Nacional de Industriales de Metales y Recicladores (CONIMER), que están siendo desplazados del sector, y los trabajadores del Sindicato de Empleados del Poder Judicial del Gobierno del Estado de Oaxaca que piden se les paguen salarios retenidos y mejoras laborales.
La expresión clara de que desde el poder se entiende que la inconformidad aumentará aún más, es el intento de reformar a las organizaciones y a las manifestaciones impulsados por legisladores panistas y priistas, a que me he referido en mis colaboraciones anteriores. Durante un tiempo esta política represiva logrará contener este malestar y la sociedad aceptará apretarse el cinturón, pero la pandemia no ha terminado, por lo que en nuestro país la crisis económica irá en aumento y con ella la pobreza.
Valdría la pena recordar las enseñanzas de los grandes teóricos de las luchas sociales. Ya en su prólogo a la segunda edición de La Subversión de la Ciencia, Federico Engels sostuvo que las leyes dialécticas del desarrollo -entendiendo por ellas a las leyes que determinan el desarrollo progresivo y siempre cambiante de la realidad-, que en el confuso seno de las innumerables modificaciones, dominan también en la historia la aparente casualidad de los acontecimientos…constituyen también en la evolución del pensamiento humano el continuo hilo conductor, llegan progresivamente a la conciencia del hombre…Es decir, tarde o temprano la sociedad toma conciencia de que la realidad cambia incesantemente, que el estado de precariedad e injusticia no es eterno, que el progreso se abre paso mediante la unión, organización y lucha decidida de todos los sectores relegados.
A esta convicción responde la política que seguimos los antorchistas. Porque ¿cuál es la razón por la que todos los que se manifiestan no llegan a la conclusión de que la solución está en su unión, solidaridad y apoyo? La razón radica en la falta de conciencia, en la falta de la comprensión de que la fuerza de los débiles está en su unión.
Por nuestra parte, nos hemos preparado durante 48 años, de tal forma que la estructura organizativa, de medios y por qué no decirlo, nuestra independencia económica, han dado pruebas de respaldo a quienes solicitan ayuda y se deshacen de sus prejuicios, por ejemplo, los trabajadores de Salud despedidos que nadie apoyó, salvo nosotros y los trabajadores del sector del reciclaje agrupados en CONIMER, que hoy mismo estamos respaldando.
La marcha de mas de cinco mil antorchistas este 19 de mayo, tiene esta doble finalidad, exigir soluciones y demostrar que Antorcha no solo no ha desaparecido, que goza de cabal salud y se alista para sumarse a toda lucha legítima que requiera del concurso de nuestros humildes servicios. Sea.