Cuando iba a la mitad del camino se me acercaron dos personas con playeras rojas del APRA, un tipo y una señora que ya se veía grande, a lo mejor de unos 50 años. Me preguntaron que por quien iba a votar, y les contesté que el voto era libre y secreto. Se me quedaron viendo con algo de gracia, como si no se esperaran esa respuesta. El tipo me dijo que no desperdiciara mi voto, que diera el "Voto ú
til". La señora sacó de su bolsa un billete de 100 soles y me lo ofreció, supuestamente a cambio de copia de mi DNI y por mi voto para el partido. Le rechacé el dinero, diciéndole que no iba a comprar mi voto con nada, ya que lo tenía bien definido. De pronto el tipo que iba con la señora buscó algo en su bolsillo y sacó una navaja. Me amenazó, diciéndome que tenía que votar por quien ellos dijeran, o de lo contrario me iba a ir mal. Dijeron que sabía donde vivía, quienes eran mis familiares, amigos y conocidos, donde trabajaba, etc. Viendo que no me iban a convencer ni con violencia, el brother sacó un celular de esos viejos, marcó un número y dijo algo acerca de que "tenían a un rebelde", y dijo donde estábamos. Al minuto, llegó una camioneta negra muy lujosa, repleta de fulanos vestidos con camiseta del APRA, con lentes oscuros y con toda la pinta de malvivientes. Ahí sí me asusté, ya que nunca había estado en esa situación. Y luego los maleantes, aún ignoro porqué, buscaron problemas y me les enfrenté. Mi madre, asustada, muy seria me dijo: "Te mudas ahora mismo con tus tíos de Bel Air!"
Llamé a un taxi y al mirarlo noté que decía "Fresco", yo no sé por qué no le dí importancia y lo abordé, y me dije a mí mismo, "casi estás en Bel Air!"
Al fin, llegué a una mansión de lo más elegante, y le dije al taxista: "Ponte desodorante!". Mirando mi reino finalmente pensé: "Ha llegado el Príncipe de todo Bel Air!