06/06/2021
La última clase del día había dado lugar en aquella sala, donde más de una docena de alumnos escuchaban atentos al profesor en turno. Las pociones, una asignatura obligatoria, instruida por el mismísimo profesor Snape, era el dolor de cabeza de cualquier adolescente. No sólo por la dificultad de la misma, sino por el carácter errático de aquel emblemático sujeto.
Minutos después de asignarles su nueva tarea y a su nuevo compañero; las diferencias entre ambos no se hicieron esperar.
— Necesita un poco más de esto.
— ¿Qué? ¡No! Podremos hacer un desastre si le aumentamos la dosis.
El chico perteneciente a hufflepuff rodó los ojos y le quito los ingredientes a su compañero, simplemente no iba a discutir sobre algo que sabía sólo iba a traer más problemas. A ambos les había tocado preparar la solución agrandadora, una poción que ya hace unas clases les habían enseñado cada uno de los pasos a realizar, pero al parecer Makko no entendió a la perfección o simplemente no prestó atención.
— Estoy más que seguro que eran cuatro ojos de pez globo.
— Que ya te he dicho no es así, únicamente se necesitan tres, eso es más que suficiente y como en la clase nos lo han enseñado, ¿acaso tú quieres que nos castiguen? O peor aún, que esta cosa nos explote encima y quedemos gigantes un buen rato.
Después de varios desacuerdos vertieron los demás ingredientes dejándolo en el fuego todo lo que restaba la clase que eran los cuarenta y cinco minutos. Era un poco evidente que no se habían caído bien desde el primer momento en que los pusieron juntos como pareja, aun así, siguieron con sus deberes hasta que, al parecer todo ese martirio de estar juntos había terminado, pues tal sólo unos minutos después de que la poción estuviera lista, el alumno de slytherin llamó al profesor para que viera el resultado que los dos habían logrado.
— Por fin hemos terminado, profesor Snape –habló Makko con una sonrisa en el rostro.
— Veo que les ha quedado bien
— Puede creer que Ryuu estuvo a nada de agregar cuatro ojos de pez globo, lo detuve antes de que eso sucediera.
El docente se quedó́ mirando a Ryuu mientras que este apretó́ por debajo de la mesa sus manos, cómo se le había ocurrido decir semejante mentira cuando fue él quien casi comete el error.
Una vez que el mayor se retiró del lugar de ambos rubios, el slytherin comenzó a tomar sus pertenencias con el afán de salir del lugar. Claramente había sido una clase totalmente agotadora. Si de por sí las pociones lo hacían estallar, el tener que trabajar a lado de Ryuu, fue la gota que derramó el vaso.
— Así que te crees muy gracioso, ¿eh? — la voz desafiante proveniente del más bajo se hizo eco a las afueras del aula. Un puñado de alumnos se dieron vuelta para poder observar lo que se estaba a punto de suscitar.
El chico que se hallaba metros atrás del hufflepuff no reparó en las palabras ajenas, esbozó una sonrisa para dejar escapar una risa burlona y decidió continuar con su camino. No fue hasta que una potente luz impactó a pocos centímetros cerca de su cuerpo. Era claro que había sido en contra suya.
— ¡¿Te volviste loco?! — gritó una vez que se dio cuenta de donde provenían aquellos hechizos. El rubio de corbata con franjas amarillas le apuntaba directamente con la punta de su varita.
— ¡Vamos! ¿El slytherin tiene miedo? — lanzó otro hechizo en contra de su oponente.
— ¡Maldito tejón! — pronunció al mismo tiempo que tomaba su varita, la cual se encontraba entre los pesados libros que cargaba; mismos que cayeron al suelo una vez que aquel duelo dio inicio. No esperó y pronto se encontró lanzando hechizos en contra del sujeto de la casa rival, mientras un tumulto de gente presenciaba en primera fila el espectáculo que ambos estaban ofreciendo.
Todas las personas alrededor sólo formaron un círculo alrededor de ambos contrincantes, el pequeño duelo estaba siendo realizado en uno de los pasillos principales y por ende la atención hacia ellos era mayor, las actitudes que tenían sus compañeros variaban, pues mientras que la mayoría de los slytherin le echaban porras a Makko, los de hufflepuff estaban preocupados por la reacción que Ryuu tuvo inmediatamente contra Makko.
— ¿Quieres saber qué es algo que me molesta además de una sucia serpiente como tú? Que se roben el crédito de los demás. ¡Cómo te atreves a decirle a Snape que tú hiciste todo cuando no sabías ni qué iba! –el ajeno sólo soltó una corta risa y después regresó su vista a él.
— Tan débil, por ahí escuché que tu padre quería que fueras uno de nosotros, pero no sé cómo esperaba eso su mírate, era más que obvio que Aleksey sería parte de slytherin y no tú. –aquello únicamente hizo que Ryuu explotara, elevó bien su rostro y miró directo al ajeno
— Depulso! –lanzó el hechizo contra el chico de uniforme con detalles en verde tirándolo en el suelo y haciendo que su varita se soltara de su mano no tan lejos.
— ¡Vamos, Makko! No me digas que tienes compasión sólo porque soy “débil”
La última palabra tomó énfasis al momento de que la pronunció y una risa áspera fue lo que después se pudo escuchar. El escándalo que ambos habían formado fue suficiente para que varios alumnos caminaran hacia algún profesor cerca para que los pudieran detener, por otra parte, Ryuu dejó que el contrario pudiera levantarse del suelo, de los hechizos que estaba recibiendo también uno de ellos lo dejó en el suelo; con rapidez tomó su varita y apuntó al frente.
— Atabra-
Antes de que pudiera lanzar el encantamiento desde el suelo llegó la profesora minerva quien a ambos les retiró su varita e hizo que se levantaran del suelo.