09/09/2019
Humanamente me ha encantado porque me ha dado la oportunidad de conocer a muchísimas personas sumamente interesantes. He hecho amigos en Matraz, y eso es muy bonito. Yo llegué sin saber nada del café y he aprendido todo aquí. Matraz es un lugar aliviando, con buena vibra, con mucho cuidado hacia el café y sus procesos.
Yo recuerdo haber leído alguna vez que en alguna época - creo que en Inglaterra - se prohibieron las cafeterías y era ilegales porque eran un punto de encuentro de personas de distintos estratos sociales que compartían ideas e ideologías y consecuentemente se armaban movimientos revolucionarios. Y claro, esto fue hace muchísimo, pero yo lo sigo viendo ahorita como que la bebida - el café - permite que se conjuguen ideas, que se encuentren personas, es algo que conecta. Y eso, lo siento aquí en Matraz, cómo conecta humanamente personas e ideas, el compartir.
Y hablando no sólo del café, también es el apoyar otro tipo de producciones. El arte, por ejemplo, que es algo que nos late mucho. Esto se ve reflejado en los murales de Matraz. También está abierto a que alguien exponga lo que quiera exponer.
En palabras, Matraz sería entrega, pasión, amor, encuentro, arte y perseverancia.