26/05/2024
오늘 우리는 꿈을 이루었습니다. 왜냐하면 이곳에서 나는 홈에서 승리할 수 있다는 사실에 들떠 있기 때문입니다. ( 🇲🇨 ) GRAND PRIX.
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Las luces del semáforo se encendían, los motores iniciaban con el rugido a la espera de poder arrancar en busca de una mejor posición a la que llevan, pero delante de todos los monoplazas estaba Elliot, quien no perdía de vista el avance de las luces reaccionando al instante que las cinco luces se apagan, era como un lapso de segundos donde el movimiento del coche se hacía tan preciso que lograba mantenerse en el primer lugar. Todo pintaba bien, ya que estaban dentro de lo esperado a sabiendas de que tenía casi respirándole en la nuca al joven piloto de mclaren por lo que constante miraba por sus espejos cuando era visible el coche en tonos verde amárelos, eso hasta que las banderas rojas aparecen en frente de la visión del líder, causando la bajada inmediata de velocidad del monoplaza y recibía la orden de ir a pit.
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En el tramo que pudo ver las pantallas gigantes notaba el impactante escenario que les dejaba el accidente con Pérez recibiendo la peor parte, la preocupación por el estado del piloto era lo que resonaba por la radio teniendo al instante una respuesta que lo dejaba más tranquilo, por lo visto Checo estaba a salvo, tan solo el impacto había quedado en su volido, por ahora tocaría esperar las instrucciones de los oficiales de carrera.
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Quince minutos de espera en los cuales tanto Elliot como los demás equipos cambiaban de neumáticos, ponía una pequeña cuota de duda en que podría pasar con los cambios y si alguien se atrevería a buscar pasar en espacios tan reducidos, sabiendo lo que hace nada sucedió con otros tres compañeros, ante la vista de todos quienes están aguardando el reanudo pasaban los carteles que marcan los últimos minutos para relanzar la carrera. La salida de los coches no tardó por lo que nuevamente Elliot estaba en el primer lugar para largar con sus cazadores a la espera de ahora tener la fortuna de quitarle el lugar de privilegio, pero esta historia no era permitida por el dieciséis porque la nueva partida repetía una salida perfecta en la cual también el ochenta y uno estaba a la expectativa de no perderle el ritmo. Los compuestos duros estaban funcionando acompañado de la estrategia del equipo que no hacía más que tratar de tener a raya al chico por los lapsos donde parecía querer acelerar, platica que tenía lugar en literalmente toda la carrera.
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Estaba a menos de once vueltas y los tiempos se comenzaban a notar con una pequeña ventaja, la cual en tres vueltas dejaba una distancia de ocho segundos entre el Ferrari y mclaren, finalmente la estrategia no fallo, logrando resistir con el mismo juego de neumáticos toda la carrera.
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—Elliot, ya lo tienes, ahora solo cuida tus neumáticos, que aún quedan unas par de vueltas—
—ok—
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Si bien la carrera podría ser un total aburrimiento para varios, Elliot estaba viviendo un momento que muchas veces soñó acompañado de su padre, el momento lo nublaba en la visión por el momento tan especial que estaba viviendo con solo su volido como testigo.
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Cuando entraba en la última vuelta, ya no podía dejar que le arrebataran ese anhelo de celebrar en la que también es su casa, así que fue mirando a sus espejos notando que no había ninguno de los que podría frenar las emociones, los pasos por cada sector eran un estallido nuevo acompañado de la euforia de quienes presenciaban el momento y a pocos segundos tenía ya a la vista la bandera a cuadros que era ondeada para recibirle como el ganador del gran premio de Mónaco. Ya no había que aguantarlo más, podía dejar que esas lágrimas salieran mientras tomaba el recorrido saludando a todas esas personas que no dejaban de aplaudir.
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—¡lo ganaste! ¡Finalmente!—
—¡SIII!!SII! HA HA! SI!..—
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Inmensamente emocionado con la euforia de tener el premio que buscó en otras oportunidades, llego hasta donde todo su equipo y parte de los representantes de Mónaco lo esperaban, otra vez con la mano empuñada por la victoria agradeciendo a ese hombre que le dio la oportunidad a su pequeño hijo, aunque luego de dejar los registros para los fotógrafos salió al encuentro de los suyos para lanzarse cual niño, era obvio que todas las cámaras lo buscaban, pero en medio del mar rojo buscaba a su eterna compañera en la pista, ya fuera corriendo o en otro aérea sus caminos se seguían cruzando, ella lo había predicho desde que acabó el gran premio de Miami que en Imola o Mónaco tendrían el primer lugar, aquel que hace dos años le era esquivo, su compañera y amiga de las épocas de karting, hoy la encargada de no dejarlo respirar ni un solo momento.
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—LO LOGRAMOS— comento para unirse en un abrazo con su querida amiga.
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El platicar con la prensa dejaba más en alto el nombre de su padre, a quien no dejaría de agradecer hasta que entraba a la espera de recibir la ovación de los presentes, uno a uno pasaba sin dejar de reconocer con Oscar el excelente trabajo que hizo hasta que escucho su nombre por parte del presentador. Allí estaban todos los de Ferrari y desde luego de un lugar privilegiado para ambos, su esposa quien sonreía tanto como él, en medio los himnos respectivos, pero robando el protagonismo la fuerza con lo que los técnicos de su team entonaban junto al ganador y al final Ane sacando ese tifosi con ¡VIVA FERRARI! Que decora todo para ya dejar que la champan los bañe no solo a pilotos, sino también a quienes ayudaron para llegar al pódium.
