03/09/2024
Tartas con carácter, buscan novias con personalidad
Tía, no sabes la odisea que ha sido encontrar la tarta para la boda.
Yo lo tenía clarísimo: nada de esas tartas aburridas y sosas que ves en todas las bodas.
Quería algo que, cuando la gente la viera, dijeran: ‘¡Joder, esta sí que es una tarta de boda!’.
Que dejara a todo el mundo flipando, ¿sabes?
Pues nada, me puse a buscar como una loca.
Te juro que miré de todo.
Pero cuanto más veía, más me cabreaba.
Tartas bonitas, sí, pero más vistas que el “Sálvame” de los domingos, tía.
Todas iguales, sin alma, sin gracia.
Y yo no iba a poner en mi boda un mazacote de esos, vamos, ni de coña.
Total, que cuando ya estaba a punto de dejarlo y ponerme a hacer una yo misma…¡Boooom!
Me encuentro en Instagram con la pareja esta, que no era nada, pero nada, de lo que había visto hasta ahora.
Nada de flores de fondant cutres ni de mierdas.
Esto era otra liga.
Estas tartas tenían una pintaza que te mueres.
De las que parecen hechas por gente con talento de verdad, de los que se atreven a hacer algo diferente, que no se conforman con lo típico.
Así que les escribí, sin pensármelo, a lo loco.
Y ahí empezó lo bueno.
Porque no solo me entendieron desde el minuto uno, sino que encima les molaba mi rollo.
Yo les solté tal cual lo que quería, sin cortarme un pelo.
Y ellos, en vez de venirse con el típico ‘Bueno, es que esto no lo hacemos así...’, se pusieron a tope a diseñar algo que fuera realmente único.
Pasaron los meses y llegó el día de la boda.
Te juro que todo el mundo estaba ahí esperando la típica tarta de tres pisos con flores de plástico.
Pero de repente.
Aparece la mía.
Tía, te lo juro, no era una tarta, era una obra de arte.
La gente se quedó toloca.
Todos sacando el móvil para hacer fotos, subiendo a Instagram, como si la tarta fuera Taylor Swift o algo así.
Y cuando la probaron...
Eso era una explosión de sabores, parecía que estaban en otro planeta.
Yo miraba la escena y no podía estar más feliz tía.
Había conseguido lo que quería: una tarta que gritaba “¡esto es mi boda, y aquí mando yo!”.