02/12/2023
|| UN DÍA COMO HOY, FALLECIÓ EL PADRE UGO DE CENSI.
Esta es parte de la vida del padre Ugo. La muerte se llevó su cuerpo, pero extendió su alma a cientos de corazones ancashinos que sienten gratitud .
De pocas palabras, pero muchas acciones. Muy apegado a Dios y solidario. Decidido a sembrar en la niñez y la juventud. Soñador e impulsador de proyectos a favor de los más olvidados. Así recuerdan muchos al padre italiano Ugo de Censi, quien marcó la vida de los ancashinos.
Pero, ¿quién es este hombre?, y además ¿cómo es caló tanto en el corazón de los ciudadanos de los lugares más alejados de Áncash?
Su nombre completo es Ugo de Censi Scarafoni. En Áncash, simplemente lo llamaban padre Ugo. Nació en Berbenno di Valtellina, en Italia, el 26 de enero de 1924. Vivió 94 años, pero permanecerá por mucho tiempo más en el recuerdo de sus fieles y de las personas a quienes ayudó.
De Censi se ordenó como sacerdote en marzo de 1951. Antes de llegar a Áncash, el padre Ugo estuvo en Brasil, en donde ya se trabajaba con jóvenes y se identificaba con el sufrimiento de las poblaciones más necesitadas.
Transcurría el año 1967 cuando De Censi decidió fundar la operación Mato Grosso, el nombre de una región del país brasileño en donde empezó a tener sus primeros contactos con la necesidad humana. A inicios, de la década de 1970 los misioneros de esta fundación empezaron a ser enviados a las zonas altoandinas del Perú.
La idea que tuvo Ugo de Censi era liberar poco a poco a los pueblos alejados no solo de la pobreza espiritual, sino también dar a sus habitantes las armas necesarias para que aprendan a trabajar con madera, piedra y textilería; así como brindarles a los niños y jóvenes de estos lugares el acceso a la salud y educación, ya que, lastimosamente en estas zonas se había convertido en todo un privilegio acceder a estos servicios.
El ángel de Chacas
Fue en 1976 que la historia de amor entre el padre Ugo de Censi y el pueblo de Chacas empezó a escribirse. En ese año el sacerdote italiano fue designado a la parroquia de este pueblo, ubicado en la provincia de Asunción, en la zona del Callejón de los Conchucos, a unos 3,360 metros sobre el nivel del mar.
“El padre Ugo vivía enamorado de Chacas, no solo de sus paisajes, sino de su gente, es por eso que él mismo escogió este lugar para que sus restos descansen eternamente. Él en vida dijo que quería que lo entierren aquí y no en Italia”, cuenta el exsacerdote de Huaraz Idelfonso Espinoza Cano
Espinoza Cano tiene varias historias que contar sobre el padre Ugo. A él le tocó coordinar varias acciones de proyección social para Huaraz cuando estaba al frente de la parroquia de esta provincia.
“Era una persona muy oradora, de pocas palabras, pero de constante comunicación con Dios, solidario, desinteresado, dispuesto a ayudar a los demás, tenía un amor único hacia los pobres que difícilmente se puede ver en una persona hoy en día”, relata.
Cuando Ugo de Censi llegó a Chacas conoció de cerca la pobreza y la desigualdad, pero encontró la forma de darles batalla.
Todo empezó con su deseo de restaurar las piezas que estaban dañadas en la iglesia de Chacas. De Censi vio en los jóvenes y niños de la zona, al material humano para esa tarea y decidió fundar un taller de tallado de madera.
Los humildes jóvenes de la zona, que difícilmente podían estar en un aula escolar fueron capacitados en este arte nada menos que por docentes italianos que trajo el sacerdote.
“Él enseñó las cosas grandes que se podían hacer con la madera y el tallado en piedra que les cambió la vida a muchas personas”, recuerda Idelfonso Espinoza.
Si bien los jóvenes ya tenían las herramientas para poder subsistir, había otro problema que atender: en Chacas, casi nadie se quedaba en su pueblo, porque las oportunidades eran pocas. Es así que nace la cooperativa Familias Artesanos Don Bosco, fundada por Ugo de Censi.
Desde Chacas, hoy en día se hacen trabajos que tienen gran demanda en Estados Unidos e incluso en algunos países de Europa.
Chacas le debe también a Ugo de Censi, la implementación de un hospital, la escuela de guía de turistas, los programas de aprendizaje, casas refugio para mujeres víctimas de violencia.
“No puedo resumir 42 años de tantas cosas dadas por el padre Ugo, son 42 años de transformación, de historia. Desde un principio, entendió a la gente con su propia vivencia. Más que el trabajo material, la infraestructura, el padre Ugo nos ha dejado su gran obra social”, comenta el alcalde de Chacas, Elías Quiroz Aguirre al recordar al sacerdote.
El burgomaestre sostiene que una de las más cosas que más se puede resaltar de este sacerdote es su sencillez. Recuerda que su primer encuentro con el padre Ugo fue cuando él era pequeño, tenía 8 años y lo comisionaron llevarlo al caserío donde él vivía para que dirija la misa por el aniversario. Era muy difícil que una autoridad se anime llegar hasta su zona, cuenta.
“Cuando yo tenía 8 años en el caserío donde yo vivía, era muy complicado tener misa, pero en su caso bastaba comunicarle para que él vaya, no necesitaba ningún pago, ahí tuve la suerte de probar los helados artesanales que se hacían. Un tramo lo llevé a caballo, pero después él quiso regresar caminando porque quería tener contacto con los pobladores y conocer la zona”, narra.
Eterno
En el 2013, por motivos estrictamente de salud, el padre Ugo empezó a residir en Lima, pero su corazón siempre estuvo con los pueblos alejados de Áncash. No solo Chacas llora hoy su partida. Su obra social se ha extendido por diversos pueblos de la región como Jangas, Yanama, Marcará, Mariscal Luzuriaga y la provincia de Antonio Raimondi, una de las más pobres. En la zona costa, su legado ha llegado hasta los pueblos del distrito de Nuevo Chimbote, en la provincia del Santa.