15/08/2024
El 11 de agosto se celebra el primer día del mes de Navasart (o Navasard), que finaliza el 9 de septiembre según el calendario gregoriano.
Según la tradición, el calendario armenio comienza el día en que Haig (Hayk) venció a Bel, exactamente en el año 2493 antes de Cristo. Según las antiguas fuentes, el mitológico Haig, además de organizar el país, fue quien, como el dios griego Cronos, delimitó el tiempo, estableció los meses del año y finalmente dispuso las horas del día.
Todos los libros de historia armenia comienzan indefectiblemente con las distintas teorías del origen del pueblo armenio entre las cuales tiene un sitial relevante la leyenda épico-mitológica de Haig, quien es considerado el antepasado epónimo de todos los armenios. Éste, tras el Diluvio Universal y la división de las lenguas durante la construcción de la Torre de Babel, reunió a los suyos y deseando vivir libre, se marchó al norte, hacia Armenia, tomando posesión del país que había heredado de su abuelo Torkom, nieto de Noé.
Como era de esperar este accionar lo llevó a un conflicto armado con Babilonia, Haig no se dejó amedrentar por la superioridad numérica del tirano Bel y sus huestes babilónicas, presentándole batalla en un lugar previamente escogido. Utilizando estratégicamente el tortuoso medio geográfico de las montañas de Armenia más sus dotes militares, Haig venció a Bel instaurando de este modo la primera independencia de Armenia.
El festejo del Año Nuevo en la antigüedad precristiana era el máximo acontecimiento de los armenios y se prolongaba por espacio de siete días. Cientos de miles de peregrinos se dirigían a los centros religiosos del país, donde el rey en persona presidía los festejos acompañado por los nobles, los dignatarios religiosos, los jefes militares, la aristocracia y todo el pueblo.
Todo comenzaba cuando el rey proclamaba la llegada del nuevo año haciendo sonar el pogh (especie de cuerno ritual) a la vez que se oía el estruendoso batir de los tambores. Tras el anuncio, se celebraban los Juegos de Navasart que incluían prácticas militares, competencias deportivas y sacrificios de animales, así como predicciones, cantos, danzas y representaciones teatrales.