LiterAltura

LiterAltura Información de contacto, mapa y direcciones, formulario de contacto, horario de apertura, servicios, puntuaciones, fotos, videos y anuncios de LiterAltura, Sala de eventos y espectáculos, Vicente López.

Ya está circulando "Gritó El Silencio" poemario de Griselda Provens. Interesados comunicarse por privado.
04/10/2023

Ya está circulando "Gritó El Silencio" poemario de Griselda Provens.
Interesados comunicarse por privado.

Extraviada en tu universovoy a encender fuegoen tus abismosAllídonde no llegani el solni la luna.Soloel río de mis plane...
05/08/2022

Extraviada en tu universo
voy a encender fuego
en tus abismos
Allí
donde no llega
ni el sol
ni la luna.
Solo
el río de mis planetas.
Griselda Provens

CUENTOHoy logré oír la músicaDAGAHoy logré oír la música de la que tanto me hablaban. “Un sonido maravilloso que emana o...
01/08/2022

CUENTO
Hoy logré oír la música
DAGA
Hoy logré oír la música de la que tanto me hablaban. “Un sonido maravilloso que emana ondas exquisitas”, me decían. Desde que tuve conciencia y comencé a entender mi sordera, siempre trataron de explicarme, que era un fluir de extraordinaria belleza, pero intangible, que sólo se debía dejar entrar en el cuerpo, para que las vibraciones llegaran a las fibras, y que su camino era a través del oído.
Hoy al fin, pude sentir su sonido. En el viento al revolver las hojas secas. En el surco de agua que abrió un barco carguero en el río. Después del rayo que cortó al cielo gris. En las pisadas de una abeja sobre el polen. Me elevé para sentir de cerca el roce de las nubes y después descendí para oírla en el llanto de los que estaban a mi lado, mientras la mano suave de mi madre acariciaba la frente de mi cuerpo y mis hermanos se fundían en un abrazo, que hacia mucho no les veía darse. Pude oír por fin la música cantada por los pájaros que me bailaban alrededor. Quise gritarles ¡puedo oírla! Pero de mis gritos sólo salía otra música y, envuelto en ella, los dejé.

Tus besos deletreanlos poemasque escribieron tus cariciasen mi cuerpo. GP
31/07/2022

Tus besos deletrean
los poemas
que escribieron tus caricias
en mi cuerpo. GP

Hermosa narrativa del escritor Daniel Gaitán .LA PASION DEL MOTOQUERO DAGAHéctor apareció en el paseo de la costa con su...
24/07/2022

Hermosa narrativa del escritor Daniel Gaitán .
LA PASION DEL MOTOQUERO
DAGA
Héctor apareció en el paseo de la costa con su Harley Davidson Fat Boy. Botas de gamuza, pantalón y campera de jean"s con una leyenda en la espalda que decía "Cristo es el camino". Sobre la remera negra le colgaba un crucifijo de plata. Se detuvo a unos cincuenta metros donde había un grupo de unos veinte motoqueros con impresionantes máquinas. El viento del río le pegaba de frente levantándole el pelo que le cubría las orejas. A los treinta años su cara infantil tenía expresión de asombro por esa acuarela mecánica que allí veía. Puso primera y se acercó. Pasó por al lado de la fila con celo observador, a menos velocidad que una hoja al caer del árbol. El llamado del líder lo sacó de su encantamiento. —Vení flaco, arrimate.
Se detuvo, colocó el pie metálico de la moto y bajó. Saludó al grupo y el líder que dijo llamarse Rafael le preguntó si era de por ahí. Contestó que hacía poco había llegado al barrio.
—La verdad es que tenés una joya ¿Puedo probarla?
—Toda tuya dijo, Héctor —y Rafael subió dándole la espalda. En su campera se leía "Ángeles del in****no". Héctor sonrió. Rafael dio un par de vueltas y regresó. Llegó y preguntó si no le había dado miedo prestarla.
—No, seguro que no, confío en la gente.
Rafael, doce años mayor, le dijo: —No seas tan confiado, "nene". —Con esa frase, selló el apodo que le quedaría grabado. Héctor sonrió con esa cara de "nene" cuando lo invitaron a participar de la reunión que, contó Rafael, hacían una vez a la semana. Al rato se enteraría de que la idea era exponerse en el lugar y cambiar información. Fanáticos por esas máquinas, no hablaban de otra cosa. Le dijeron que luego darían la vuelta al paseo para después salir a correr por la ruta.
—¿Qué te parece?, "nene".
A Héctor le gustó la idea. Hacía poco que con sus ahorros y la ayuda de un crédito pudo llegar a tener la Harley con que había soñado toda su vida.
A la hora de salir, Rafael le pidió al "nene" que se pusiera a su lado, harían fila de a dos. Visto desde atrás se leía: Angeles del in****no, Cristo es el camino. Dieron un par de vueltas por el paseo y después se fueron hacia la ruta, donde Rafael le anunció que a partir de ese momento el recorrido se convertía en una carrera hasta la salida de San Pedro —Allá te espero, "nene" —y acelerando se fue. Otros también lo pasaron y entonces, sin pensarlo más, sonrió feliz, se persignó y comenzó a tirar cambios. Se sentía en el cielo. Pudo pasar a varios sin miedo. Nunca antes había viajado a semejante velocidad. Las máquinas con rugidos silenciados llegaban a los ciento cincuenta kilómetros por hora.
Héctor llegó en octavo lugar a San Pedro.
—Buen promedio, "nene" —le dijo Rafael—, no todos se animan la primera vez.
Héctor, emocionado le contó que las motos eran una de sus pasiones, y Rafael, mientras sacaba el celular que le estaba sonando, preguntó qué otra pasión podía tener que no fueran las motos, y atendió.
—Voy para allá —dijo. Miró a todos y les comentó que su mujer estaba a punto de dar a luz, que los vería la semana entrante.
Los demás compartieron la vuelta con el "nene", mientras disfrutaban de la libertad que sólo se siente al recibir el aire sobre una moto.
A la semana siguiente, reunidos en la costa, Rafael comentaba sus noches de insomnio por culpa de la nena. Se lo veía feliz y prometió que para la próxima, la traería y festejarían el nacimiento.
Llegó el día. Sobre la playa realizaron el "bautismo motoquero", que fue simplemente mojar la frente de la beba con agua del río. Alguien había llevado un equipo de música y, después de compartir un almuerzo, hubo rock and roll mezclado con cerveza y vino. Héctor, divertido, preguntó si con eso la daban por bautizada. Rafael le dijo que si por él fuera sí, pero su esposa dijo que en unos meses más la bautizarían como corresponde, que profesaban la fe católica, aunque no eran muy practicantes. Héctor les dijo que en la iglesia Santo Thomás Moro eran poco rigurosos y que buscaban fieles, que podrían llevarla allí. Después pidió tener a la beba en brazos un rato. Se la entregaron. La mujer de Rafael se interesó en saber si tenía hijos. Contestó que no, que era soltero.
—¡Hey! —dijo alguien— también podés tener hijos siendo soltero.
—Bueno, no es mi caso.
Los que estaban metidos en la conversación se miraron.
—¡Gay! —gritó Rafael, riendo.
Héctor continuó jugando con la beba. Rafael dejó de reír por el codazo que le dio su mujer .
—No hay problema —dijo Héctor—, no soy gay, pero tampoco tengo que demostrarlo.
—¡Bien! —, gritó Rafael.
—Machista id**ta —sentenció su mujer.
A los dos meses se anunció el bautismo formal de la beba. Todos estaban invitados y Rafael pidió al "nene" que no le fallara, que él también estaba invitado.
—Allí estaré, no te fallaría.
El domingo del bautismo amaneció soleado, era un día cálido. Rafael había dejado su infernal campera por un traje. El bautismo estaba anunciado a las once y ellos llegaron a las diez y media. Para las once menos cuarto aparecieron las máquinas: radiantes, lustradas y enceradas. A Rafael y su mujer los recibió el sacristán que los atendiera durante el proceso de enseñanza.
—En cuanto llegue el sacerdote comenzamos —dijo.
Faltaban cinco minutos para las once cuando en la esquina giró la Harley.
—Dale, "nene", que estamos por empezar —le gritaron.
Héctor, se acercó al circulo de motos y saludó. —Estaciono y voy.
Los que todavía quedaban afuera entraron. Comenzó a sonar música sacra. De un costado salió el monaguillo que terminó de arreglar en el altar los elementos para la ceremonia. Desde la sacristía entre la penumbra salió el cura acomodándose los atuendos. Cuando se dio vuelta hacia los fieles, sólo se escuchó un ¡oh! general, que silenció al murmullo.
Entonces, Héctor, dio la bienvenida a los fieles presentes con una bendición, después dijo:
—Rafael, nunca lo terminamos de hablar: esta es mi primera pasión. —Y sonriendo con esa cara de "nene", comenzó con la ceremonia.

Tus besos          centella ardiente                       que enciende                                 mi hoguera. GP
10/07/2022

Tus besos
centella ardiente
que enciende
mi hoguera. GP

Más allá del horizonteen el amanecer de la nocheel perfume de tus sueñoserotiza mi alma.En vigiliami cuerpo te clama.Gri...
17/06/2022

Más allá del horizonte
en el amanecer de la noche
el perfume de tus sueños
erotiza mi alma.
En vigilia
mi cuerpo te clama.
Griselda Provens

Un cuento del escritor Daniel Gaitán que seguro conseguirá sacarles una sonrisa .Quería cantarDAGASoy tímido por natural...
16/06/2022

Un cuento del escritor Daniel Gaitán que seguro conseguirá sacarles una sonrisa .
Quería cantar
DAGA
Soy tímido por naturaleza. Me gustaría cantar un tango pero no puedo, me bloqueo. Quisiera ser como mis amigos que agarran un micrófono y cantan a toda voz, pero no me sale, si estoy solo sí, pero nomás que me mire el perro me paralizo, quedo mudo. Es algo insuperable para mí. Tal vez haya una esperanza. Resulta que tengo un amigo científico, un genio, al que le conté lo que me pasaba y me dijo que no me preocupara más, que me inventaría algo para que yo pudiera cantar totalmente distendido y sin vergüenza.
Estoy muy nervioso, él dijo que hoy vendría con novedades.
Mi amigo ya se fue. Me dejó dos pastillas en un sobre diciéndome que debía tomar la roja primero, y a la hora, la verde. Qué así es para los hombres; para las mujeres: al revés. Esperé hasta la noche antes de salir para tomarlas y que hicieran efecto.
Yo creí que tendrían alguna marca para diferenciarlas, pero las pastillas estaban juntas y eran iguales de grises. Quise llamarlo pero, la vergüenza y la timidez eran más fuertes. ¿Qué podría pasar? Puse las dos pastillas en un plato y comencé a marcar con el dedo "a la doli tua…" Ma´ sí, pensé, si no tienen color, primero ésta.
A la hora tomé la otra. Al rato comencé a sentir mariposas en el estómago. Me cambié, me maquillé y salí. Llegué a la fiesta (era el cumpleaños de otro amigo), le dije que esa noche me comprometía a cantarles un tango. Mientras me miraba me dijo que no era una fiesta de disfraces. A medida que se acercaba la hora, me sentí más seguro y cada vez más espléndida. Se debió de haber notado porque todos me observaban de otra forma. Me llegó el turno, me dieron el micrófono que tomé con toda suavidad y algún sacado me gritó:
—¡Qué bien te queda el micrófono, Loba!
No le di importancia, los muchachos cuando toman se ponen así. Me acomodé y me predispuse a entonar los versos de "la Cumparsita". Me salió: "Yo soy la morocha, la más agraciada, la más...", ¡me quedé helada!, aunque no estaba nervioso, se ve que las pastillas me hicieron bien. Me disculpé, les dije que me había equivocado y me largué otra vez: "Se dice de mí, se dice que soy fiera, que camino a lo malevo…", me sentí extasiada, pero no avergonzado. Volví a intentarlo y me salió: "Varón, pa´ quererte mucho, varón pa´ desearte el bien...", no me quedó dudas de que estaba hecha una loca. Alisé el vestido y sentí un calor extraño que me subió de las piernas a los pechos. Convertida en una gata alzada lo miré al gordo Aníbal y le dije: —¡Vení, dame un beso!—. Cuando me le fui encima, no sé por qué, me sostuvieron entre cuatro. En ese momento entró Ignacio, el científico, qué agarrándose la cabeza, preguntó: —¿Qué hiciste, boludo, te tomaste la verde primero?
Y mientras el fuego pasional me reventaba en la cabeza, antes de desmayarme, escuché que alguien contestó: —¡Es daltónico! ¡deberías haberlas numerado!

15 de Junio "Día Nacional del Libro"
16/06/2022

15 de Junio "Día Nacional del Libro"

LA PALABRASin saber caminábamosel mismo camino.Nos encontró la soledadbebiendo olvidosmasticando p***s.Y fue la palabra…...
07/06/2022

LA PALABRA
Sin saber caminábamos
el mismo camino.
Nos encontró la soledad
bebiendo olvidos
masticando p***s.
Y fue la palabra…
Cómplice,
en noches largas.
Refugio de sueños
en madrugadas frías.
Testigo ciego
ante la entrega.
De dos cuerpos
con la misma sed
con el mismo hambre
de amar
devorando el tiempo.
Griselda Provens

Urge en este instantemis ganas de huirViolentar fronterasen busca de tu nochey abrazada a vosen un profundosuspiro de am...
02/06/2022

Urge en este instante
mis ganas de huir
Violentar fronteras
en busca de tu noche
y abrazada a vos
en un profundo
suspiro de amor
estallar
En lluvia y poesía.
Griselda Provens

FLOR DEL AMANCAY (LEYENDA)En la zona de Ten-Ten Mahuida, hoy conocido como Cerro Tronador, habitaba la tribu Vuriloche, ...
27/05/2022

FLOR DEL AMANCAY (LEYENDA)
En la zona de Ten-Ten Mahuida, hoy conocido como Cerro Tronador, habitaba la tribu Vuriloche, cuyo nombre luego se deformaría para denominar esa bella comarca andina.
Quintral, el hijo del cacique de la tribu, era admirado por las jóvenes debido a su valentía y fortaleza. Entre todas ellas había una que, además de admiración, sentía un profundo amor por él, pero su condición humilde le impedía siquiera imaginar la posibilidad de que el joven se fijara en ella. Amancay, tal era el nombre de la hermosa joven, no era indiferente a Quintral. Muy por el contrario, él sentía que su corazón se inflamaba cada vez que la morena joven se encontraba cerca, pero sabía que su padre jamás aceptaría que él la desposara.
Un día, varios integrantes de la tribu comenzaron a morir a causa de una extraña enfermedad. La epidemia no tardó en extenderse, y también Quintral cayó gravemente enfermó. Aquellos que aún se encontraban sanos comenzaron un éxodo que les permitiera alejarse de los malos espíritus que estaban diezmando a su gente.
Quintral empeoraba cada vez más, y en medio del delirio y la fiebre no dejaba de pronunciar el nombre de su amada Amancay. Su padre consultó a su consejero y este le contó sobre el amor profundo y silencioso que existía entre ambos jóvenes. Viendo el grave estado de su hijo, el cacique envió a sus mejores guerreros a buscar a la muchacha.
Mientras tanto, Amancay había consultado a una Machi para que la ayudara a encontrar una cura para su amado Quintral. La anciana le reveló que la única forma de salvar al joven era prepararle una infusión con una flor amarilla que crecía en la cumbre del Ten-Ten Mahuida, y Amancay no dudó en ir en su busca. El ascenso no fue sencillo, pero ella no cejó en su esfuerzo. Por fin logró llegar a la cima de la montaña y encontrar la bella flor, pero no se percató de que el gran cóndor la observaba desde las alturas.
Tan pronto como Amancay arrancó la delicada flor, el cóndor descendió junto a ella y le recriminó haber tomado aquella flor que pertenecía a los dioses. Con voz de trueno dijo que los dioses lo habían puesto como guardián de las cumbres y todo lo que en ellas se encontraba, y a pesar de que la joven pidió disculpas y explicó la situación en la que se encontraba Quintral, el imponente ser no quiso escuchar razones. Al ver que las lágrimas brotaban de los ojos de la muchacha, el cóndor le propuso entregarle la flor a cambio de que ella le diera su propio corazón. Amancay no dudó. Después de todo, ¿de qué le serviría su corazón si no tenía a nadie a quien amar?
La joven se arrodilló frente al ave y sintió como el potente pico habría su pecho en busca del delicado corazón. Sus labios se abrieron y una débil voz pronunció por última vez el nombre de su amado Quintral. El cóndor, conmovido por el amor que hasta último momento demostró la joven, con delicadeza tomó el corazón con una garra y la flor amarilla con la otra para luego elevarse majestuosamente.
El cóndor voló hasta la morada de los dioses, sin darse cuenta que gotas de la sangre de Amancay salpicaban no sólo el camino sino también la delicada flor. Una vez en su destino, imploró que le permitieran llevar la cura para Quintral y que crearan un recordatorio para que el sacrificio de la joven no fuese olvidado. Ambas cosas fueron concedidas, y de cada gota de sangre que cayó en los valles y las montañas nació una bella flor amarilla con gotas rojas que se convirtió en símbolo del amor incondicional. Desde ese día, quien regala una flor de Amancay te entrega su corazón.
Autora: Marta Carbonero

A puntoCuento Daniel Gaitán—¡Claro!, ¡Si yo sabía! Si me hubiese dado cuenta de que ustedes no sabían, seguro se los hub...
22/05/2022

A punto
Cuento
Daniel Gaitán
—¡Claro!, ¡Si yo sabía! Si me hubiese dado cuenta de que ustedes no sabían, seguro se los hubiese mencionado.
El silencio era general y todos miraban al flaco.
Oscar recordó cuando el flaco le dijo, que la mina que estaba en el coche era un levante del momento. Después se enteró de que era la prima y que la llevaba hasta la casa a pedido de su madre.
Carlos recordaba cuando le pidió dinero prestado para comprarle remedios a la madre, y al otro día apareció con pantalones nuevos.
Ernesto, pensó en el día en que lo encontró en su casa esperándolo para saludarlo, y luego de que se fuera, su mujer comenzó a preguntarle sobre la empleada del mercado.
Fernando, se perdió en ese viaje que hicieron juntos a pasar un par de días en la costa y al llegar tuvo que prestarle dinero (que nunca le fue devuelto), porque había perdido el suyo.
Pablo, se metió en el recuerdo de esa vez que pescando, se le cayó la caña al agua y el flaco lo culpó por mover la baranda del muelle y para no pelear, le regaló su propia caña.
—Y... ¿por qué me miran así?
Ninguno de ellos respondió. Ninguno de ellos quería sentirse nuevamente traicionado. Hubiesen querido olvidar, pero ninguno pudo. La gota había superado el límite y comenzaba el juicio.
—¿Qué les pasa che? ¿Por qué no me dan bola?
El hielo que había en las miradas no lo podía derretir el calor de sus broncas, y el flaco se dio cuenta.
—Tampoco es tan terrible un olvido ¿no?
El flaco supo que podía ser el alimento de esos Pekineses convertidos en Mastines. Supo en ese momento que el sudor no sólo viene corriendo.
—Che... tantos años de amistad... y me vienen con esto... ¡vamos! No es para tanto. ¿No pensarán que fue adrede, ¿no? —dijo, mientras sentía que era agujereado por los cinco pares de pupilas que disparaban bronca.
—Bueno, si piensan así, me voy... de verdad... me voy.
El silencio tomó presencia de acero y pesaba.
—No pensaran que fue mi culpa ¿no?, si piensan así, están equivocados. ¿Ustedes creen que yo podría...? No lo puedo creer. ¿Saben qué? Me voy... ¿Ven que me voy? Y nunca más vuelvo, Ustedes se la buscaron, a mí no me ven más.
Cuando llegó a la puerta, se dio vuelta.
—Me voy, y chau —y se fue.
Los muchachos se aflojaron. Habían estado a punto... muy a punto.

Dije te amo            y sé               es para siempre.. GP
19/05/2022

Dije te amo
y sé
es para siempre.. GP

VACIOHondo vacío interiorde mi alma silenciosa.Vida siempre en crepúsculo de muertejunto al mundo de las cosas.Vida  est...
19/05/2022

VACIO

Hondo vacío interior
de mi alma silenciosa.
Vida siempre en crepúsculo de muerte
junto al mundo de las cosas.
Vida esta de soñar en ausencias
ausencias siempre presentes
como huero fantasmas
vesperales de las cosas.
Y mi inasible soledad
siempre empeñada
en la constante huida de las cosas.
¡Qué pena!
Lleno siento este vacío.
Para llenarlo sólo basta
la sombra de la ausencia de las cosas.

Estás tan lejos... y tan cerca. GP
18/05/2022

Estás tan lejos... y tan cerca. GP

Deja que mis ojoste hablen del ayer.Quieroque tus labios...me besen hoy, GP
18/05/2022

Deja que mis ojos
te hablen del ayer.
Quiero
que tus labios...
me besen hoy, GP

Cuento breve del escritor Daniel Gaitán.A la vaca, chocolateMe dijo el médico: Cambiá de hábitos en tu alimentación y ba...
16/05/2022

Cuento breve del escritor Daniel Gaitán.

A la vaca, chocolate

Me dijo el médico: Cambiá de hábitos en tu alimentación y baja de peso.

Lo primero que pensé fue que si resultase tan fácil todos estaríamos flacos. Pero es imposible, así qué elucubré ideas, y creo haber encontrado el camino.

El cambio de hábito en la alimentación deberían afrontarlo los productores. ¿Por qué todo lo tenemos que hacer nosotros?


Veámoslo de esta manera. El problema está en el alimento que consume el bicho que nos da el elemento comestible que nosotros ingerimos, así qué postulo, se le dé a la gallina, lechuga y brotes de soja, basta de maíz harinoso, necesitamos huevos sanos, sin colesterol. También al chancho alimentémoslo con una dieta nutritiva en bajas calorías para obtener embutidos confiables, por ejemplo, algunas verduras light o manzanas diet.
A la vaca… a la vaca… no sé, aquí quedo pasmado, ya que se alimenta de pasto, casi diría a ensalada natural, tal vez, la vaca debería comer chocolates y que los problemas de la dieta los sufran ellas y de paso, qué en vez de leche blanca, de leche chocolatada.

¡Vamooooo las vaacaaas!

En la vorágine de mi vidatu amor es el timónque encauzael horizonte de mis días. GPFoto: Elder CandussoLa Para - Córdoba
29/01/2022

En la vorágine de mi vida
tu amor es el timón
que encauza
el horizonte de mis días. GP
Foto: Elder Candusso
La Para - Córdoba

Tú, no me vesestoy a tu ladoescondidacomo siempre en el silencioque acompaña tu sueño. GP
25/01/2022

Tú, no me ves
estoy a tu lado
escondida
como siempre en el silencio
que acompaña tu sueño. GP

Por las calles del solhe recorrido tu vallehe bebidoel agua de tus arroyosy en la pielde este venir ocasovoy por la magi...
21/01/2022

Por las calles del sol
he recorrido tu valle
he bebido
el agua de tus arroyos
y en la piel
de este venir ocaso
voy
por la magia
de tu noche.
Griselda Provens
Foto: Elder Candusso
La Para (Cba)

Hoy es tiempo.Nuestras almas se extraviaronen un camino sin despedida.No pudieron las aguas del olvido borrar las huella...
10/01/2022

Hoy es tiempo.
Nuestras almas se extraviaron
en un camino sin despedida.
No pudieron las aguas del olvido
borrar las huellas
latentes en un sendero de espera
Hoy el silencio cobró voz
Hoy es tiempo de crepúsculos abiertos
de estrellas que no vimos
Hoy es tiempo de amar
antes de morir
en las sombras de la nada. GP

Aquí,  un bellísimo y emotivo cuento del escritor Daniel Gaitán.  Excelente obra literaria!ESTRELLA Mención de Honor1° C...
08/01/2022

Aquí, un bellísimo y emotivo cuento del escritor Daniel Gaitán. Excelente obra literaria!
ESTRELLA
Mención de Honor
1° Certamen de cuento 2005, Centro Cultural del Tango
Zona Norte
Aquella...
con un poema de amargura, contenido en la dulzura,
del azul de su mirada.
Ahora que las sombras de la noche acechan mis pesados setenta y seis años, voy todas las tardes a la vieja esquina donde está el café que lleva tu nombre, donde te canté por primera vez. Necesito rememorar esos momentos mágicos mientras te sigo esperando.
Cuando murió tu marido y se hicieron cargo los nuevos dueños, llegué en el momento justo en que estaban sacando tu retrato. Ellos no sabían quién fuiste, entonces les conté algo de tu historia. Les conté que yo te había conocido en tus bellísimos veinte años, cuando eras reina entre las mejores, y omitiendo algunas cosas que sólo nos interesan a nosotros, les mentí que en un viaje que realizaste a Francia, allá en el cincuenta y tres, el buque zozobró en medio de una gran tempestad y perdiste la vida. Preferí ese final para vos.
¿Te acordás? Tenías un brillo propio, una extraña mezcla de mujer fatal y niña. Eras Estrella, y con sólo pronunciar tu nombre la luna sonreía. La noche era tuya y el día te esperaba en un abrazo de cobijo. Recuerdo esa noche, cuando te conocí, me miraste fijo, con tus ojos cielo, y yo, me perdí en vos; me enamoré rabiosamente de tu imagen. Fue el día en que tu marido inauguró el café, con tu nombre, en tu honor, y yo, fui el cantor invitado y mientras cantaba para vos veía desde el escenario la magia, y el natural encanto con que enamorabas a los hombres. Estabas hermosa. Tomabas champán con elegancia y delicadeza. Te sacaron una foto para un retrato que tu marido colgaría en la pared, porque él estaba orgulloso de tenerte. La fiesta se puso alegre y el salón se llenó de risas. La noche se agitó y todos se apasionaban por bailar con vos. Cuando bajé, tomé unas copas y envalentonado por los tragos, en el momento ese, en que quedaste sola, me acerqué. Y no sé por qué me clavaste tus ojos, esos ojos, que me permitieron entrar en vos y te hablé de amor. Como hipnotizada me tomaste de la mano. El contacto me estremeció porque tu mano de mujer era única. Me levanté y te pedí que te vinieses conmigo. Parecía una locura. Te esperé afuera y cuando escuché el sonido de tus tacos aguja, me di vuelta y te fundiste en mí, ahí, a treinta metros del café. Caminamos en silencio de la mano, con los dedos entrelazados. Tal vez me elegiste porque yo era un cantante exitoso y, deslumbrada dejaste todo. Yo me quedé con vos porque eras la mejor, única. Para tu marido pasaste a ser un recuerdo.
Fueron varios meses de felicidad y me enamoré de vos toda. Hambrientos de nosotros fuimos una caldera que no se apagaba. Hasta aquel día, ¿te acordás, Estrella? El día en que lo cruzamos y él te miró sin rencor, con los ojos húmedos y yo te miré a vos y te vi mirarlo con ojos enamorados. Él bajó la vista y continuó su camino, y vos giraste la cabeza para verlo irse. Ese fue el momento más triste. Te solté el brazo para darte libertad pero te quedaste. Respiré el aire que me estaba faltando y creí que no te perdería. Cuando me miraste de frente y vi que el brillo de tus ojos se opacó, me di cuenta de tu dualidad para amar. No pude enojarme porque él te volviera a ganar. Pero tuve que hacerme fuerte para soportar la espera de ese día en que te marcharías, pensando en como él, esperaría a ese mismo día.
No pasó mucho tiempo y se hizo tu hora. Fue tu gesto angustiado que me anunció la partida y hubo silencio, profundo y eterno como tus ojos. Dejé que te fueras. Te vi alejarte sin que te dieras vuelta. Supe que llorabas, como yo.
No recuerdo si habían pasado días o ap***s unos minutos cuando decidí buscarte, no recuerdo. Tampoco recuerdo haber salido de casa, haber caminado por la calle, haber entrado en el café, sólo recuerdo mi grito llamándote. No pude comportarme como él, como un verdadero hombre que debió masticar sus broncas, su orgullo y hasta su llanto para no lastimarte. Yo en cambio no pude soportarlo, me sentí un pobre muñeco olvidado, por eso corrí y te llamé y saliste ¿te acordás, Estrella?, y detrás salió él. Hubo una confusa discusión, acusaciones, gritos. Yo nada más veía tus delicadas manos apoyadas sobre mi pecho tratando de alejarme y las tomé porque necesitaba tocarte mientras él, amenazándome con su puñal, intentaba sacarme de allí. Vi tu desesperación en medio de los dos y en esa tormenta de sentimientos, como un rayo, así de pronto, observé tu quietud, tus brazos cayendo lentos pegándose a tu cuerpo, y tus ojos que apagados miraban nada. Te habías perdido. Cuando nos dimos cuenta, envueltos en fuego cruzamos las miradas buscando la razón, y fue el amor que nos habías dado, que nos unió para darte ayuda. Te sentamos y al ver que no respondías te llevamos al hospital, nosotros, tus hombres.
No voy a mentirte Estrella, no fuimos amigos, pero hemos compartido algunas charlas en el café hablando de vos, y de cuánto te hemos amado.
Hoy, después de cincuenta años, sigo viniendo todas las semanas a hablarte porque quiero que despiertes de nuevo, porque te sigo esperando y tengo miedo del abrazo de una noche eterna. Sólo me queda una última ilusión, ¡qué vuelvas! Se me está apagando la vida y no logro recuperarte, ya sé, a vos se te apagó hace cincuenta años, ya lo sé. Está llegando mi hora fría y me da miedo de que te quedes sola, con tu propia muerte eterna, dormida, sin amar.
Creo que tu final en alta mar fue mucho más digno que este. No podía contarles que estás en un hospicio.

02/01/2022
No hay espacio de mi cuerpoque no guardeel sabor frambuesade tus besos. GP
30/12/2021

No hay espacio de mi cuerpo
que no guarde
el sabor frambuesa
de tus besos. GP

La resolana de tu seducción                       da a mi piel                       el color de la pasión.  GP
19/12/2021

La resolana de tu seducción
da a mi piel
el color de la pasión. GP

Tu voz rompe el silencio  de la noche,tu canto acaricia mi piel y desata la tormenta de mis sueños. GP
19/12/2021

Tu voz
rompe el silencio de la noche,
tu canto
acaricia mi piel
y desata la tormenta de mis sueños. GP

Quizás...Antes de las campanadasantes que la nocheaplaque su brilloJusto allí...Regrese el tiempoa recuperarmomentos per...
11/12/2021

Quizás...
Antes de las campanadas
antes que la noche
aplaque su brillo
Justo allí...
Regrese el tiempo
a recuperar
momentos perdidos.. GP

Ayervi mi pasado del brazo del presente, mi corazón respiró hondo y pudo decirte adiós. GP
08/12/2021

Ayer
vi mi pasado
del brazo del presente,
mi corazón respiró hondo
y pudo decirte adiós. GP

Embriagada de tus besospresa de tus caricias,caigoal abismo de tu cuerpo. GP
07/11/2021

Embriagada de tus besos
presa de tus caricias,
caigo
al abismo de tu cuerpo. GP

MITIGARSoledad honda abraza la nocheno brillan las estrellashuye la luna en busca de otros cielosy de otros amantes para...
05/11/2021

MITIGAR
Soledad honda abraza la noche
no brillan las estrellas
huye la luna en busca de otros cielos
y de otros amantes para enamorar
un oscuro silencio
paraliza mi corazón
troncha mi alma
y el rocío de tu ausencia
escarcha los caminos
Mañana
cuando el sol derrame su calor
sabré mitigar tu olvido. GP

Daniel GaitánCuento El gran oradorCuando me llamaron esos profesores por teléfono, no lo pude creer. Me trataron de gran...
28/10/2021

Daniel Gaitán
Cuento
El gran orador
Cuando me llamaron esos profesores por teléfono, no lo pude creer. Me trataron de gran escritor, me dijeron que habían leído mis ensayos, y me propusieron dar una charla para los chicos del sexto grado de esa escuela. Me pareció maravilloso, era la primera vez que hablaría en público. El tema debía ser “Argentina y su territorio”. Busqué algunos libros, hice una repasada rápida y me dije: bueno, hablaré “del campo”. Cuando le comenté a mis peticionarios sobre lo que había pensado desarrollar, me dijeron que estaba bien. Me pidieron que les dijese qué necesitaba para exponer, si mapas, transparencias o cualquier otra cosa y les dije que no, que prefería contarles, porque les haría ver las imágenes como en una película. Que les pintaría una acuarela con mis poéticas palabras. Que soy tan descriptivo que hasta podrían ver los colores. Que es un “Don” en mí. La verdad es que ellos estaban tan emocionados que no sabían de qué forma agradecerme. Los tranquilicé humildemente, diciéndoles que todo lo que se hace por los pibes, también nos beneficia a nosotros. Que no había nada que agradecer, sino: que aprender. Me aplaudieron.
Llegó el día y estuve en la escuela a la hora que me habían pedido. Entramos al aula y los chicos me ovacionaron con un aplauso, se ve que habían estado hablando maravillas de mí. Me hicieron alegrar con el recibimiento, no esperaba tanto afecto. Varios de ellos se adelantaron con papel en mano y me pidieron un autógrafo que firmé orgulloso. Después de que fui presentado, me hicieron tomar asiento que con toda soltura y seguridad acepté. Puse cara de inteligente y crucé una pierna como hacen los que van a la tele. Entonces uno de mis acompañantes dijo: —el curso es todo suyo —y ellos con la profesora se fueron al fondo del salón. Los chicos estaban expectantes a lo que yo diría y me dio la sensación de que todos, chicos y adultos, estaban por tomarme un examen. Fue ahí que todo el feliz alboroto que sentía por dentro se me había caído como de un bolsillo y toda la seguridad y alegría, se había perdido con un estallido en el pecho que me espantó. Alrededor de treinta y cuatro pares de ojos me observaban atentos y despiadados. Mis nervios se anudaron y me solté a hablar sin ninguna intención de hacerlo, pero no pude tener mi boca cerrada: comencé.
—Hola chicos, hoy estoy aquí para hablarles de la Argentina, nuestro país. Pero sobre todo del territorio enorme que es “el campo” —dije, y respiré profundo porque me estaba ahogando. Todos aplaudieron como si hubiese dado una charla importantísima. Mi boca se abrió de nuevo.
—Argentina es, por así decirlo, una gran masa de tierra, enormes porciones de campo por todas partes —dije, agitado. Dos o tres despistados volvieron a aplaudir y otros los siguieron desconcertados. Para salir del paso intenté levantarme con la excusa de ir al baño pero no pude desanudar mis piernas agarrotadas. Mi boca, traidora, volvió a ponerme en la situación de un orador:
—Para hablar del campo hay sólo dos formas de hacerlo, una es del lado de afuera del alambrado y la otra del lado de adentro. Si lo vemos del lado de adentro que es donde está su intimidad deberíamos saber antes para que sirve -cosa de la cual no tenía la menor idea-, y largué: para criar bichos.
Me di cuenta de que uno intentó aplaudir, pero el chico que tenía al lado lo impidió. Continué sin la menor intención.
—Por ejemplo, en el campo se crían vacas… ¿alguno conoce a las vacas? —y seguí—, las vacas son unos bichos un poco más grandes que los perros, pero al contrarío de ellos, estos simpáticos animalitos no ladran, las vacas hablan casi como los gatos pero más grueso. Los gatos dicen mia-ú y las vacas dicen muu-ú, ¿se dan cuenta entonces que las vacas descienden de los gatos? —dije con los uñas clavadas en la madera del escritorio. Lo único que necesitaba era que me amordazaran, pero no, la vida me había preparado en lo que yo creí mí mejor día: el peor momento. Quise morderme el labio para no seguir hablando pero me salieron las siguientes estupideces que no pude callar.
—Dijimos entonces que la vaca desciende de los gatos así como el hombre desciende del mono. Pero ojo, que no es lo mismo decir que el mono desciende del árbol, por el hecho de bajar. Descender, tal vez descienda del gorila, qué sé yo. No cometamos el error del ignorante que dice cualquier pavada.
Los chicos miraron todos hacia atrás como pidiéndole explicaciones a los profesores que tenían las bocas sorpresivamente abiertas, lógica consecuencia de las idioteces que estaban escuchando de mí. Seguí:
—Hay vacas de diferentes razas, están las vacas de campo… las vacas lecheras… y las vacas flacas, estas últimas son las que cumplen siete años, todavía no sabemos el motivo, pero lo estamos estudiando. Las vacas se diferencian entre sí por los colores, está la marrón, la negra y la bilingüe que es bicolor, así es como sus cachorros saben cual es su mamá: se mira y si ve que su cuero es blanco y negro dice, aquella es mi mamá, la del mismo color. Lo interesante de esto es que ahora sabemos gracias a mis estudios realizados, que la vaca no es daltónica.
Mis nervios no me daban tregua y mi boca no se cerraba.
—¿Saben chicos cual es el mejor amigo de la vaca?... —nadie dijo nada, tuve que seguir—, el caballo. ¿Y saben por qué?... —nadie de esos guachos contestaba, cosa que me daría a mí un respiro —porque el caballo no tiene carne de vaca, es por eso que no comemos caballo, entonces el caballo es muy amigo de la vaca porque la vaca le salvó la vida al tener ella sola carne comestible —vi como todos los ojos se transformaban en huevos duros, asombrados.
—Así que ya conocemos dos bichos del campo, la vaca y el caballo, además de que también se cría papa, cebolla y batatas —dije, acelerado por los nervios.
—El campo también sirve para mantener la comunidad chanchal, si ustedes observan desde una ruta a un chancho a una chancha y varios chanchitos: esa es una típica familia de chanchos.
Aterrorizado y al borde del infarto logré decir —el campo entonces es un gran cacho de tierra Argentina… —y me desmayé.
Nunca más volví a dar una charla. En la escuela me declararon persona no grata. Es más, no me arrimo ni siquiera a mil metros de distancia. Me dejé la barba para que no me reconozcan. Pero lo que más me molesta es el graffiti que pintaron en la pared de mi casa, dice: “Aquí vive el gran orador”.

Dirección

Vicente López
1605

Página web

Notificaciones

Sé el primero en enterarse y déjanos enviarle un correo electrónico cuando LiterAltura publique noticias y promociones. Su dirección de correo electrónico no se utilizará para ningún otro fin, y puede darse de baja en cualquier momento.

Compartir


Otros Sala de eventos y espectáculos en Vicente López

Mostrar Todas

También te puede interesar