15/10/2024
No te cases por la intimidad sexual, cásate por el compañerismo. La intimidad sexual es una experiencia hermosa, pero no compensa por la amistad. La intimidad sexual, es por así decirlo, un dulce postre después de un buen plato principal: intentar vivir sólo del postre, sólo conducirá al malestar. Además, el s**o se puede buscar fácilmente en cualquier otra fuente cuando una relación carece de un vínculo más fuerte.
Así que, pregúntate un par de cosas antes de contraer matrimonio:
1. ¿Puedo mantener una conversación con esta persona y no perder mi interés?
2. ¿Compartimos principios, valores y convicciones comunes o somos tan incompatibles en aquellas cosas que consideramos más importantes?
3. ¿Es esta persona alguien con quien me encantaría que mis hijos pasaran mucho tiempo, aprendiendo y volviéndose más como él/ella?
4. A medida que envejecemos y nuestra juventud pierde brillo, nuestra piel se estira y nos crece la barriga, ¿seguiré queriendo estar en compañía de esta persona?
Si tu respuesta a cualquiera de estas preguntas es “no”, no te cases y no entregues tu cuerpo. Espera para esa persona que no solo su cuerpo te atrae, pero más, te atrae su alma. Este es el tipo de relación por la que vale la pena esperar.