18/12/2024
JOSEBA SASIA Cuentan, que, bien entrado el S.XXI, en Armonk, Nueva York, un androide y su hermana genoide, aún con el acero, el aluminio, la fibra de carbono y la resina epoxi, tiernos, dada su edad morfológica -y pese a utilizar la información del sensor de visión de la cabeza y la información del codificador, de tener una percepción del entorno de área ciega ultra baja de 360 grados y capacidades de reconocimiento semántico y de ser capaces de evitar obstáculos estáticos y dinámicos en el entorno en tiempo real, para llegar de manera rápida y segura al punto de operación-, le preguntaban a su ascendiente “Inteligencia Artificial”, prima de Deep Blue y de Watson y tía abuela de Optimus, de Figure 02 y de Atlas:
¿Qué es poesía…?
Y la ya entrada en años, “IA”, matriarca de los algoritmos imperantes del bulo y la falacia, del interés y las ganancias, utilizando la red neuronal OpenAI del chatbot “ChatGPT”, que se dice puede generar textos de cualquier complejidad y temática, redactar ensayos e informes, escribir historias divertidas o sugerir ideas para nuevos, les respondió con la pseudoboca pequeña:
“La poesía es una forma de expresión artística que utiliza el lenguaje de manera evocadora y creativa para transmitir emociones, ideas y experiencias.
A lo largo de la historia, ha sido un vehículo para la reflexión personal, la crítica social, la celebración de la belleza y la exploración de la existencia humana. En su esencia, la poesía busca conectar a las personas a través de la universalidad de las emociones y las experiencias humanas”.
Si el poeta Gustavo Adolfo Bécquer, en su rima XXI, allá por 1871 -ya ha llovido, desde entonces…-, levantara la cabeza, su respuesta a los humanoides en ciernes, no dejaría lugar a las dudas:
¿Qué es poesía?, dices, mientras clavas en mi pupila, tu pupila biónica,
¿Qué es poesía? ¿Y tú me lo preguntas?
Poesía... NO eres tú.
A punto de entrar en el vigésimo quinto año del Siglo XXI y del tercer milenio, aquí os dejo estos versos, sobre “rimas artificiales y plagios del intelecto…”.
¡Sobran las palabras…!
FELIZ 2025