12/12/2022
Si los olivos hablaran!
En esta mañana lluviosa y gris de diciembre, recortado en el horizonte un olivar marcó nuestro destino, esquivando charcos y jugando con “mina” llegamos a los alineados y imponentes olivos, sus ramas cargadas de rojas casi negras aceitunas y algunas ya en el suelo indican que ya se le hizo tarde para cosechar.
Al recorrer los retorcidos y caprichosos troncos, parecen cómo si cada uno atraves de los años hubiera adquirido personalidad y carácter, unos sencillos, derechos y frondosos, otros que junto a un tronco centenario en apariencia seco y cortado, de sus raíces cómo un canto de esperanza una nueva vida se abrió camino, trascendiendo y dando frutos. Al ver el tronco segado me imagino cuándo fuera sólo una delgada rama con un puño de hojas en un extremo y en el otro una maraña de raíces, qué manos lo plantaron?, cuantas cosechas daría?, cuántas sequías vivió?, cuántas crisis y luchas viviría?… escucharle sería un regalo, el en su sitio, sin poder cambiar nada, callado testigo, de cada tórrido verano, de cada gélido invierno, del trinar de los nuevos pájaros en la primavera, de la siega de los trigales antes de otoño poco antes que vareadores poniendo mantas alrededor de su tronco, aliviaran sus pesadas ramas, entre gemidos, suspiros, sudores del esfuerzo… y el perezoso humear de la lumbre, delata el punto de reunión para compartir unas migas calientes y un vinito clarete rodando de mano en mano y así año tras año, con esa sencilla rutina cíclica, que es raíz de una forma de vida real y productora, que enriquece, lubrica y deleita a todos los paladares, sin distinción de razas, sexos géneros, social o religión.
Cuántas cosas nos contarían!
Pedro G. Truyol Jara.
12-12-2022
Paz y bien para todos!