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01/08/2024
05/05/2024
Los mejores espacios
25/04/2024

Los mejores espacios

¡Felicidades al equipo Horus Racing Team  en F1 in Schools México! 🏎🏆 Un especial reconocimiento para Brandon de la Cruz...
17/04/2024

¡Felicidades al equipo Horus Racing Team en F1 in Schools México! 🏎🏆 Un especial reconocimiento para Brandon de la Cruz por su dedicación y talento en este proyecto. ¡Estamos muy orgullosos de ustedes y de todo el trabajo que han realizado! ¡Sigan brillando en las pistas y alcanzando sus metas! 💪👏 🏁

"¡Les presentamos a un miembro invaluable de nuestra escudería! El es nuestro diseñador gráfico, calidad y estilo detrás de la excelencia en todos los ámbitos. Estamos encantados de contar con su gran ingenio para impulsar nuestro equipo hacia la victoria.💌✨️
CECyTEHidalgo
F1 in Schools Mexico
Persiste A.C.
Cecyte Hidalgo Plantel Huautla

Nos enorgullece ser parte de este gran proyecto y aportar nuestro granito de arena. Les deseamos el mejor de los éxitosB...
05/04/2024

Nos enorgullece ser parte de este gran proyecto y aportar nuestro granito de arena. Les deseamos el mejor de los éxitos
By. Arturo, Mariela y el equipo de alquiladora

La escudería HORUS Racing Team da la bienvenida a un nuevo patrocinador Alquiladora Bautista - Huautla ✨️
Esta emocionante colaboración promete impulsar aún más nuestro desempeño en las pistas y fortalecer nuestra presencia en el mundo del automovilismo. Juntos, esperamos alcanzar nuevas alturas y lograr grandes victorias. ¡Bienvenido a bordo! 🏎️🏁
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05/08/2023
Día festivo para los mexicanos
03/05/2023

Día festivo para los mexicanos

Seguimos trabajando muchas bendiciones para este nuevo año... Nos vemos en la fiesta..
01/02/2023

Seguimos trabajando muchas bendiciones para este nuevo año... Nos vemos en la fiesta..

Otro mes lleno de trabajo... Muchas gracias por su confianza seguimos a sus órdenes...
02/01/2023

Otro mes lleno de trabajo... Muchas gracias por su confianza seguimos a sus órdenes...

Muchas gracias equipo... (Y los que no estamos en la fotos) jajaja saludos Gael y Che
23/04/2022

Muchas gracias equipo... (Y los que no estamos en la fotos) jajaja saludos Gael y Che

Muchas gracias por la confianza otro trabajo más
23/04/2022

Muchas gracias por la confianza otro trabajo más

17/02/2022
Nuevos proyectos
17/02/2022

Nuevos proyectos

Muchas felicidades a todos los amigos, amigas y conocidos que se dedican a crear alegría pasenla muy bien
22/11/2021

Muchas felicidades a todos los amigos, amigas y conocidos que se dedican a crear alegría pasenla muy bien

Santa Cecilia, virgen mártir de Roma.

El Martirologio Romano dice el 16 de septiembre: “En Roma, el nacimiento de Santa Cecilia, virgen y mártir, que convirtió a la fe de Cristo a su esposo Valeriano y a su hermano Tiburcio y los preparó para el martirio. Almaquio, prefecto de la ciudad, después del martirio de su esposo, la hizo prisionera y la sometió a una gloriosa pasión: superado el fuego, la hizo matar con la espada en tiempos del emperador Marco Aurelio Severo Alejandro. Su fiesta se celebra el 22 de noviembre”. Y este mismo Martirologio, el 22 de noviembre, dice: “Santa Cecilia, virgen y mártir, la cual empapada en su propia sangre, pasó a los brazos de su Esposo celestial el 16 de septiembre”. Y con estas anotaciones del Martirologio Romano ya empezamos con el “baile de fechas”.

Es muy curioso el hecho de que la “Passio” de Santa Cecilia de Roma es ignorada o desconocida en la “Depositio Martyrum”, así como por San Dámaso, San Ambrosio, Prudencio, San Agustín, etc…, a diferencia de la de Santa Inés y de otros mártires romanos de los primeros siglos, máxime cuando Santa Cecilia es una de las figuras más características del cristianismo primitivo. Tampoco tenemos las “Actas” de su martirio, pero si una “passio” que, hay que decir, no tiene mucho más valor que otras “passios” de otros mártires romanos. Y en esta “passio” aparecen personas que, desde el punto de vista histórico, no tuvieron ningún vínculo con Santa Cecilia, como por ejemplo, los mártires Valeriano, Tiburcio y Máximo, provenientes de las catacumbas de Pretextato.

Esta “passio” nos presenta a Santa Cecilia como una “virgo clarissima”, esposa del joven pagano Valeriano, al que ella, en la noche de bodas le reveló que un ángel del Señor guardaría su virginidad, invitándole a que creyera en el Dios de los cristianos e instándolo a ir a la tercera milla de la Vía Apia, donde los pobres le llevarían hasta el santo anciano Urbano (el Papa San Urbano), que vivía escondido entre las tumbas. Valeriano lo hizo, fue catequizado por San Urbano y se bautizó, volviendo vestido de blanco a donde estaba Cecilia y viendo desde ese momento al ángel que guardaba su castidad, el cual le puso sobre su cabeza una corona de rosas y lirios y le concedió la gracia de ver cómo también su hermano Tiburcio se convertía al cristianismo siendo bautizado por el mismo San Urbano.

Desde ese momento, los dos hermanos: Valeriano y Tiburcio, se dedicaron a sepultar a los cristianos que morían martirizados por el prefecto Turcio Almaquio. Los dos hermanos, fueron denunciados ante el prefecto, el cual los apresó, interrogó y condenó a morir decapitados en la cuarta milla de la misma Vía Appia. El prefecto ordenó que se confiscaran los bienes de los dos hermanos, hizo prender a Cecilia, la cual fue condenada a morir quemada en su propia casa, aunque salió ilesa. Entonces la condenó a ser decapitada y, aunque el verdugo la golpeó con la espada en tres ocasiones, ella sobrevivió durante tres días durante los cuales repartió todos sus bienes, encomendando al Papa Urbano que consagrase su casa convirtiéndola en una iglesia. San Urbano, ayudado por sus diáconos, sepultó a la mártir “inter collegas episcopos ubi omnes sunt confessores et martyres collocati”, o sea, la sepultó en el mismo lugar donde estaban sepultados otros obispos, confesores y mártires, o sea, las catacumbas de Calixto.

El bolandista C. Erbes, en el año 1888, en su obra: “Die heilige Caecilia im Zusammenhang mit der Papstcrypta sowie der ältesten Kirche Roms” (Santa Cecilia en relación con la cripta papal y la iglesia más antigua de Roma), dice que el autor de la “passio” anteriormente descrita se inspiró en la “Historia persecutionis Vandalicae” en la que se narra un episodio muy parecido: “un cabecilla vándalo quiso unir en matrimonio a dos esclavos suyos llamados Martiniano y Máxima. Máxima le dijo a Martiniano que ya había elegido a Cristo como esposo y lo persuadió para que ingresara en un monasterio junto con sus tres hermanos”. Otros autores, como Tillemont, De Rossi y Guéranger, basándose en algunas indicaciones cronológicas que Adón de Viena pone en su Martirologio y en las obras de Allard y de Dufourcq, afirman que el martirio de Santa Cecilia ocurrió entre el inicio del gobierno del emperador Commodo en junio del año 177 y la muerte del emperador Marco Aurelio en marzo del año 180. Sin embargo, C. Erbes – del que ya hemos hablado antes -, afirma que este martirio ocurrió en el primer decenio del reinado de Septimio Severo, cosa que refuta P.A. Kirsch, quién prefiere la fecha del 229-230 coincidiendo con los dos últimos años del Papa San Urbano. Dejemos la cosa aquí, porque puede complicarse aún más, ya que existen otros autores hagiográficos que ponen otras fechas al martirio de la santa.

Pero digamos también que entre los óleos recogidos en los sepulcros de los mártires en tiempos de San Gregorio Magno, figura el nombre de Santa Cecilia, junto con el de San Tarsicio y San Cornelio en las catacumbas de Calixto, mientras que los santos Valeriano, Tiburcio y Máximo figuran en las catacumbas de San Sebastián.

De la “Passio” de la santa no se puede deducir la fecha del martirio, ya que no aparece ninguna anotación en este sentido, mientras que el Martirologio Jeronimiano hace tres menciones: una primera el 16 de septiembre, diciendo: “Romae, passio sanctae Caeciliae” (como ya hemos visto, también lo hace en esta fecha el Martirologio Romano); una segunda el 17 de noviembre: “Romae transtibere Cecilii” y hasta una tercera, el 22 de noviembre, diciendo “Romae, natalis sanctae Caeciliae virginis et martyris”. La fecha del 22 de noviembre es recordada también en el Liber Pontificalis cuando tratando sobre la biografía del Papa Virgilio (537-555), de dice: “él fue arrestado por el escriba Artemio – enviado por la emperatriz Teodora -, mientras estaba en la iglesia de Santa Cecilia, el día X de las Kalendas de diciembre (22 de noviembre), mientras celebraba su dies natalis”. En base a estos datos, el bolandista Duchesnes fijó tal acontecimiento el día 22 de noviembre del año 545, lo que supone que en esa fecha ya existía la Iglesia de Santa Cecilia, aunque no haya noticia certera alguna acerca de cuando fue erigida dicha iglesia, por muchos que algunos defiendan que fue San Urbano I quién la fundó.

También en el Liber Pontificalis, cuando se trata sobre la biografía del Papa San Pascual I (817-824), se dice que mientras se estaba reconstruyendo esta iglesia de la santa, un día, el Papa se quedó dormido y en sueños se le apareció Santa Cecilia, con aspecto angelical, identificándose como “famula Christi”. A la objeción que le puso el Papa diciendo que el rey longobardo Astolfo había sustraído su cuerpo en el año 756, la santa le respondió que los longobardos no habían tenido éxito cuando lo buscaban, invitándole a que lo buscase y colocase sus reliquias en la iglesia que el propio Papa estaba reconstruyendo. El Papa lo buscó y encontró el cuerpo de la Santa en las catacumbas de Pretextato, a las afueras de la puerta que daba a la Via Appia “aureis vestitum indumentis” (vestido con ropas doradas) y, junto a él, el cuerpo de su esposo San Valeriano. Sigue diciendo el Liber Pontificalis que el propio Papa transportó personalmente el cuerpo de la santa mártir y sus ayudantes transportaron los de los santos Valeriano, Tiburcio y Máximo, así como los cuerpos de los santos Papas Urbano y Lucio, colocándolos bajo el altar de la basílica recién reconstruida. El Papa San Pascual I puso el cuerpo de Santa Cecilia en un cofre de ciprés, dentro de un sarcófago de mármol. En otro sarcófago puso los restos de los santos mártires Valeriano, Tiburcio y Máximo y en un tercero, puso los cuerpos de los Papas Urbano y Lucio. Los tres sarcófagos fueron puestos bajo el altar. El mismo Papa puso la cabeza de la santa en un cofre de plata (Liber Pontificalis, II, página 58). Posteriormente, el cráneo de la santa fue transferido por el Papa San León IV a la iglesia de los Cuatro Santos Mártires Coronados.

Duchesnes dice que el cuerpo de Santa Cecilia, que en un principio estaba en las catacumbas de Calixto, fue llevado a las de Pretextato a fin de que estuviera cerca de los restos de su esposo Valeriano y que es por eso, por lo que el Papa San Pascual I lo encontró allí. Todo este tema es mucho más complejo, pero yo no quiero incidir más en ello a fin de no alargar el artículo.

Pasaron los siglos y en el año 1599, el cardenal Sfondrati, titular de la iglesia de Santa Cecilia, quiso restaurar la basílica y así, el 19 de octubre de dicho año llevó a cabo el reconocimiento canónico del cuerpo de la santa mártir en presencia del viceregente de la Basílica, del secretario del Vicariato y de los jesuitas Mora y Alagón: debajo del altar mayor se encontraron los tres sarcófagos de mármol, con los cuerpos de los mártires tal cual los puso el Papa San Pascual I en el siglo IX. Se comprobó que el arca de ciprés estaba intacta y el cuerpo de la mártir tal cual había sido puesto siete siglos antes. Nadie tocó las reliquias, aunque fueron expuestas a la veneración pública. Se dice que el cuerpo de Santa Cecilia estaba vestido con ropas doradas, recubierto con un velo, que yacía inclinado hacia el lado derecho, las piernas ligeramente contraídas, los brazos extendidos, el cuello algo inclinado y el rostro mostraba cómo si estuviese dormida (es traducción mía del latín), añadiéndose que el cuerpo medía como unos cinco palmos y medio (hay que tener en cuenta que el cuerpo no contenía la cabeza, pues ésta estaba y está en otro relicario). San Pascual I se había encontrado en el siglo IX el cuerpo de la santa momificado y momificado continuaba a finales del siglo XVI.

El 22 de noviembre de ese año (1599), el Papa Clemente VIII, en presencia de cuarenta y dos cardenales entre los que estaban dos futuros papas, después de una solemne celebración litúrgica, puso de nuevo el cuerpo de la santa en la caja de ciprés de San Pascual I.

Pero, dicho todo lo anterior, hay que preguntarse: ¿quién no ha visto el sepulcro de Santa Cecilia en la cripta de los Papas en las catacumbas de Calixto? Cuando este sepulcro fue descubierto existía una inscripción en color negro que decía: “(de)cori sepulcri S. Caeciliae martyris….fecit”, escrita sobre un ladrillo decorado con bandas amarillas y negras en el que también figuraba en griego la inscripción: “Señor, ayuda a tu siervo Juan”. Así mismo, a los pies de la figura de la santa se leían los nombres de numerosas personas, e incluso plegarias. Estos grafitti parecen anteriores al traslado realizado por el Papa San Pascual I.

En lo alto del lucernario de la cripta se descubrió un fresco, dividido en tres partes: en uno, se reproducía a la santa con aspecto juvenil y en actitud orante; en un segundo, estaba pintada una cruz entre dos ovejas y en el tercero estaban representados los mártires Policano, Sebastián y Quirino con sus respectivos nombres. De Rossi, dató este fresco como de la primera mitad del siglo V (432-440), o sea, en tiempos del Papa Sixto III, al que también se le atribuye la decoración de la cripta adyacente de los Papas. Este fresco sería anterior a la redacción de la “Passio” porque de lo contrario, en lugar de dichos mártires, habría puesto a los Santos Valeriano, Tiburcio y Máximo. Por otra parte, hay que decir también que el título de Santa Cecilia in Trastévere existió a más tardar en el año 464, como lo demuestra el epígrafe de “Saecularis”. Quizás la “Passio” a la que nos estamos refiriendo desde el principio del artículo fue escrita por algún miembro del clero de esta Basílica del Trastévere.

Como dije al principio, la veneración a Santa Cecilia es algo tardía con respecto a la fecha de su existencia terrenal, o sea, no fue venerada inmediatamente después de su martirio y las contradicciones de la “passio” no nos permiten fijar con certeza cuando éste ocurrió. La ubicación de su sepulcro hace creer que muy probablemente, la santa fue una de las víctimas anteriores al principio del siglo IV y poco más.

Pero no quiero terminar el artículo sin hacer mención a la relación de Santa Cecilia con la música. En la Edad Media el protector de los cantores era San Juan Bautista, ya que cuando nació, su padre Zacarías recuperó el habla y compuso el canto del “Benedictus”. De hecho, en la antigüedad no se conocía ninguna relación entre Santa Cecilia y la música. Una falsa interpretación del párrafo de la “passio” en la que, refiriéndose a la fiesta nupcial entre Cecilia y Valeriano, se dice que "cantantibus organis", la mártir "en su corazón solo cantaba al Señor”, hizo surgir la leyenda de que Santa Cecilia era cantante. Esto fue llevado a la liturgia e incluso se incorporó en las antífonas de los oficios de Laudes y Vísperas, aunque posteriormente, fue suprimido el “in corde suo” (en su corazón). Esta relación entre Santa Cecilia y la música surgió a principios del siglo XV, pues vemos que, anteriormente, Cimabue (siglo XIII) y el Beato Angélico (1395-1455) la representan con la palma del martirio. Es en una tabla del 1420 conservada en el Museo Histórico de Francfort (Alemania) donde por primera vez aparece representada Santa Cecilia tocando la cítara; posteriormente fue representada así por otros famosos pintores, incluido el famoso Rafael. En 1584, en Roma, se fundó la Congregación de Santa Cecilia y los músicos, cosa que posteriormente se hizo en Rouen, Evreux y otras ciudades europeas.

Para realizar este artículo he consultado la siguiente bibliografía:

Delehaye, “Etudes”, pp. 73-96; G.B. de Rossi, “Roma sotterranea, I”, Roma, 1864 y los trabajos de Enrico Josi, profesor del Instituto Pontificio de Arqueología Cristiana, Roma (Italia)

22/11/2021

Solemnidad de Jesucristo Rey del Universo.

El año litúrgico se cierra con una solemnidad que tiene un claro sentido escatológico y triunfal: la celebración de Cristo como Rey de todo el Universo. No podía acabar mejor el recorrido litúrgico que se ha hecho durante todo el año, pues si el sentido de todos los domingos, fiestas y solemnidades es mostrarnos los misterios del nacimiento, vida pública, pasión, muerte y resurrección de Nuestro Señor, no puede acabarse todo sin una mirada final a la centralidad y señorío que Cristo debe y tiene que tener en nuestros corazones, en nuestra historia personal y comunitaria y la llegada de su Reino presente y futuro.

Desde el comienzo de su ministerio público, la predicación del Reino se convirtió para Jesús en su declaración programática. A ello puso todo su empeño, tiempo, mensaje, vida y muerte. “El núcleo de la predicación y conducta de Jesús no es su persona, sino la llegada del reinado de Dios”. Desde su temprana predicación en Galilea (Mc 1, 15) hasta su declaración ante Pilatos (Jn 18, 33ss) todo el mensaje de Jesús se ve penetrado por la presencia constante del anuncio del Reino. Y todo ello por voluntad del Padre, que quiere que los hombres participemos de la vida divina.

Pero este “Reino” que Jesús anuncia, ¿era el esperado por el pueblo de Israel?
Desde antiguo los judíos esperaban al Mesías-rey (Dn 7, 14, Miq 5, 2 ss), pero éste no parece corresponder a lo que Jesús es y a lo que sus palabras anuncian. ¿O sí?

Entonces, ¿qué Reino es el que Jesús anuncia? ¿Quién pertenece a él?

Es una invitación a la conversión y a la reunión con Él: “Cuando yo sea levantado de la tierra, atraeré a todos hacia mí”. (Jn 12, 32).

Es una acogida a los pobres y los pequeños, propietarios preferentes de ese Reino: “Bienaventurados los pobres de espíritu, porque de ellos es el Reino de los cielos” (Mt 5, 3).

Es una oportunidad redentora para los pecadores, pues la liberación no es sólo “física”, sino que va a la raíz de todos los males: el pecado. “No he venido a llamar a los justos sino a los pecadores” (Mc 2, 17).

Es una liberación de todo lo que oprime al hombre, ya presente en pasajes del Antiguo Testamento: “…Me ungió para evangelizar a los pobres; me envió a predicar a los cautivos la libertad,…” (Lc 4, 18).

Es una derrota del reino de Satanás: “Si por el Espíritu de Dios expulso yo a los demonios, es que ha llegado a vosotros el Reino de Dios” (Mt 12, 26).

Es una comunidad, Iglesia, semilla del Reino, imagen presente del Reino, familia de Jesús, que cumple la voluntad del Padre: “Cualquiera que hiciere la voluntad de mi Padre, que está en los cielos, ése es mi hermano y mi hermana y mi Padre” (Mt 12, 50).

En las enseñanzas de Jesús sobre el Reino, destacan las bienaventuranzas y las parábolas del capítulo 13 del evangelio de San Mateo, aunque este Reino también es mencionado en muchos otros lugares de los evangelios. Sobresalen las parábolas del sembrador, de la cizaña, del grano de mostaza, del fermento, del tesoro escondido, de la perla preciosa, de la red. Mediante palabras sencillas al alcance de todos, incluso de los más pequeños (Mt 11, 25), Jesús invita a todos al Reino (Mt 22, 2 y ss.), describe cómo acoger su palabra y la actitud a seguir ante el Reino (Mt 13, 3ss) y las exigencias de introducirse en el Reino (Mt 13, 44).

Pero este Reino del que nos habla Jesús, ¿está aquí o es una utopía? ¿Es algo del presente entre nosotros o algo del futuro a lo que hay que aspirar? Podemos traer aquí a colación las palabras del doctor F. García Cadiñanos: “Una característica del Reino es su carácter dialéctico entre presente y futuro. El Reino ya está aquí pero todavía no ha llegado plenamente. Se constituye como un presente proyectado hacia el futuro y, al mismo tiempo, como ese futuro adelantado. El Reino de Dios, del que la Iglesia es instrumento, se realiza ya aquí en la tierra de una manera imperfecta, pero real. (…) Pero ligado a ello, este Reino de Dios, que es escatológico, nos interpela en nuestro actuar social. Sin identificarse con ningún sistema social establecido, se inserta en todo interrogándolos y criticándolos: el Reino impone una nueva ley de convivencia, basada sobre todo en la caridad, que encuentra su fuente y su cumplimiento en la propia Trinidad”.

Por tanto, el Reino de Dios posee una doble dimensión. Por un lado es un mundo nuevo creado por Dios y recapitulado en Cristo, Rey Supremo. No es una utopía histórica ni política, ningún reino terrenal ideal: “Mi reino no es de este mundo” (Jn 18, 36). Por otro lado, es un horizonte apocalíptico, plenitud del anhelo de Israel, comienzo que trasciende toda realidad, toda historia, toda la creación. Por eso esperamos a esa obra de Dios colaborando con ella para llevarla a plenitud, pues el Reino es acción de Dios y acción del hombre. Su culmen será en la segunda venida de Cristo, donde podrá cantarse: “Alabad al Señor sus siervos todos, los que le teméis, pequeños y grandes. Porque reina el Señor, nuestro Dios, dueño de todo, alegrémonos y gocemos y démosle gracias” (Ap 19, 5-7).

Y algo que nunca debemos olvidar es que del reinado de Cristo somos partícipes de alguna forma todos los hijos de Dios. En el Padrenuestro pedimos: “venga a nosotros tu Reino”. Ese “a nosotros” se podría traducir como “que seamos parte de tu Reino”. Ya le escribía san Pablo a Timoteo al respecto: …”Si con Él sufrimos, reinaremos con Él” (2 Tim 8, 12a). Es famosa también la cita de san Cipriano de Cartago sobre este tema: …”porque resucitamos con Él, puede ser también el Reino de Dios porque en él reinaremos”.

Se dice que en los comienzos de la fiesta litúrgica de Cristo Rey, tuvo un papel muy importante el sacerdote José Gras y Granollers. Sus escritos sobre el reinado de Cristo en varias revistas teológicas, la promoción de la sociedad literaria Academia y Corte de Cristo, la celebración de culto a Cristo Rey en su parroquia y la fundación de la Congregación Hijas de Cristo Rey en 1876, fueron semillas que difundieron el sentir y la devoción sobre Jesucristo Rey del Universo en los últimos años del siglo XIX y comienzos del XX. Ya, en 1925, el Papa Pío XI, aprovechando el año jubilar del XVI centenario del Concilio de Nicea y la publicación de su Encíclica “Quas primas”, instituyó esta fiesta litúrgica: “Habiendo, pues, concurrido en este Año Santo tan oportunas circunstancias para realzar el reinado de Jesucristo, nos parece que cumpliremos un acto muy conforme a nuestro deber apostólico si, atendiendo a las súplicas elevadas a Nos, individualmente y en común, por muchos cardenales, obispos y fieles católicos, ponemos digno fin a este Año Jubilar introduciendo en la sagrada liturgia una festividad especialmente dedicada a Nuestro Señor Jesucristo Rey”.

Aunque esta solemnidad se celebraba en el domingo anterior a Todos los Santos, fue trasladada al último domingo del Tiempo Ordinario tras la reforma del Concilio Vaticano II, ya que el momento parecía más oportuno dado el matiz escatológico que el tiempo litúrgico posterior, el Adviento, tiene en el año litúrgico.

En los dos mil años de historia de la Iglesia hay innumerables testimonios de aquellos que han consagrado su vida al reinado de Cristo de una forma heroica, bien por su entrega diaria a la expansión del Reino – que es la vocación de todo cristiano seglar o religioso -, o bien por su entrega martirial en las muchas persecuciones que la Iglesia ha sufrido. Morir defendiendo la fe al grito de “¡Viva Cristo Rey!” se convirtió en todo un lema a raíz de la guerra civil contrarrevolucionaria francesa (guerra de la Vendeé), la guerra cristera de México y de la guerra civil española. La centralidad de Cristo en la vida ejemplar de estos mártires, expresada en este grito, sólo pudo ser acallada por los disparos asesinos.

Para realizar este artículo se ha utilizado la siguiente bibliografía:

“El Dios de Jesucristo”, de W. Kasper

“De Dominica Oratione, 13”, de San Cipriano de Cartago

Constitución Dogmática “Lumen Gentium” del Concilio Vaticano II

Carta Encíclica “Quas primas” del Papa Pío XI sobre la Fiesta de Cristo Rey.

Visperas de la Solemnidad de Cristo Rey

https://www.youtube.com/watch?v=hIUS8VqNEUM

Himno “Te Saeculorum Principem”

https://www.youtube.com/watch?v=z8YQyTTaEns

26/06/2021

La mantelería 😱😥😪🥺

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14/05/2021

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Muchas felicidades 🎈🎂 a compañeros, amigos y familia que tiene esa encomienda de construir los sueños de muchas personas...
03/05/2021

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