22/10/2023
Hoy hicimos una escultura de hielo que encapsulaba flores.
Para que las flores lleguen a verse como las ves ahora, pasaron por un largo camino lleno de pausas, de paciencia. Necesitaron cuidado, luz, agua. Necesitaron tiempo. Las flores crecieron con la certeza de que, sin importar cuánto tiempo les tomara, llegarían a abrirse. Sabían que un día sus pétalos serían impresiones de colores y que la vida se convertiría en belleza. El día que eso ocurrió, las tomamos, las elegimos y las acomodamos para que pudieras ser testigo de su despliegue.
Pero todavía no puedes verlas o, al menos, no del todo. Sin embargo, sabes que están ahí. Quisimos prolongar su belleza y mostrarla en una versión aún más acentuada, para que pudieras observar la poesía que hay detrás de darle oportunidad a la vida de vivirla a su tiempo.
El hielo cubre temporalmente a las flores, las protege, las mantiene intactas. Ahora, mientras lo observas, mientras este instante se vuelve pasado, la solidez del hielo se vuelve líquida: una gota a la vez, este cubo se derrite. Dentro, las flores se preparan para su devenir. Con cada gota que derrama el hielo, estamos más cerca de poder mirar las flores sin filtro, de poder tocarlas, de ver el resultado de haberlas conservado.
Gracias a por hacer esto posible y crear las posibilidades para las mujeres.