12/05/2022
Y ya viene...
Por qué se llama La Tropa de Dédalo
En el momento de fundar un grupo de teatro siempre aparecen muchas opciones posibles. Así apareció Dédalo en la lista.
Abelardo L. Rodríguez 2916 Local E Y F, Zona Río
Tijuana
22320
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En el momento de fundar un grupo de teatro siempre aparecen muchas opciones posibles. En nuestro proceso de inicio, al empezar a tirar nombres, descubrimos que quienes lo formábamos teníamos algo en común además del gusto por el teatro: cada uno tenía una veta artística sobre la cual nos desenvolvíamos y que podía caminar de la mano con la actuación, la dirección o la colaboración en cada uno de los procesos de la creación teatral. Nos descubrimos como gente con talento para el canto, el baile, el diseño, las artes plásticas, la escritura, la literatura, la música, la arquitectura. Entonces pensamos que un solo perfil para denominarnos sería incompleto o algo difícil de entender y comprender. ¿Cómo llamarnos si hay de todo y ninguno es más fuerte que el teatro? Ahí vimos que algunas figuras que representan el arte teatral podrían darle nombre al grupo, tales como Shakespeare, O’Neill, Usigli, Lorca, Brecht, etcétera. Pero no era un nombre de dramaturgo lo que llenaría esa multidisciplinaria conformación. Tampoco podría ser un director, un escenógrafo o iluminador que nadie conociera, y que dejaría muy parcial la visión de lo que de pronto estábamos sintiendo. Entonces vimos que podría funcionar una imagen o un nombre que representara varias cosas, como Da Vinci o Dalí, Miguel Angel o Mozart, pero éstos se volvían demasiado específicos o se orientaban a otro arte en particular, y necesitábamos algún icono que sí fuera como lo sentíamos o creíamos. Necesitábamos algo más aglutinador en una sola entidad. Así apareció Dédalo en la lista. Un artista versátil, atrevido, humano y muy hábil para resolver los problemas que se le presentaron mientras vivió. Un constructor, un inventor, el artesano múltiple, el constructor de espacios e inventos, el creador de nuevas ideas que aportan soluciones. Así nos identificábamos unos con otros. Sentimos, pensamos que todos juntos seríamos como Dédalo: el artista que crea y propone soluciones. Y como no todos somos iguales, pero podemos sentirnos identificados como tales en nuestra diversidad, pues qué mejor que adoptar esa figura aglutinante. La idea del artista creador que colectivamente trabaja un proceso, siguiendo una propuesta, con una estrategia por delante en busca de una solución, nos hizo pensar en una troupe. Quizá fue algo convencional, pero le daba el toque que faltaba al concepto. Y entonces nos hicimos tropa, la tropa de artistas ingeniosos que resuelven sus asuntos en la diversidad de la creación. Por eso, en este lugar y tiempo, en este confín de la existencia, todos nosotros somos Dédalo. Somos La Tropa de Dédalo.