10/05/2024
El problema con las magnitudes físicas
Las unidades fundamentales de la Física son longitud, tiempo, masa, temperatura, intensidad luminosa, intensidad de corriente, cantidad de sustancia, o por lo menos eso hemos creído comunalmente.
Los artículos lo hacen a uno reflexionar sobre los fundamentos mismos de toda la ciencia, todo está sustentado en un amplio pedestal, pero ¿Qué pasaría si los cuestionamientos que se hacen llegaran a romper tales bases? Tendríamos entonces que aceptar una nueva gama de “hechos científicos”. Por más filosóficas que se ponen las lecturas (sobre todo “el convencionalismo en el problema de las magnitudes físicas”) debemos recordar que para llegar a mayores “realidades” debemos partir de “realidades” fundamentales, de manera tal que creer en las teorías de Newton (por ejemplo) y aceptar como verdaderas esas bases es algo imprescindible. Para poder aceptar como verdaderas estas magnitudes podemos indagar y poner a prueba tales creencias, de modo tal que nos parezcan cada vez más hechos que aproximaciones. Necesitamos las magnitudes físicas para hacer cuantificaciones y experimentos mayores.
De las magnitudes primeramente mencionadas como fundamentales surgen más magnitudes llamadas derivadas como por ejemplo: superficie, volumen, velocidad, aceleración, densidad, frecuencia, periodo, fuerza, presión, trabajo, calor, energía, potencia, carga eléctrica, diferencia de potencial, potencial eléctrico, resistencia eléctrica, etcétera.
Medir algo significa comparar una cosa con un patrón, esto parece menos trivial una vez que mencionamos el problema de aceptar como verdadera una unidad de medida. En la antigüedad por ejemplo se usaban medidas como el “pie de rey” etc. Para estandarizar patrones de pesos y medidas se creó en parís la oficina internacional de pesas y medidas, la cual ha ido evolucionando la manera en que percibimos las mediciones haciéndolas cada vez mas “exactas” por ejemplo los segundos que ahora son medidos en función de una constante: es la duración de 9.192.631.770 oscilaciones de la radiación emitida en la transición entre los dos niveles hiperfinos del estado fundamental del isótopo 133 del átomo de cesio (133Cs), a nivel del mar, era antes medida por la 1/86400 parte del dia.
Isaac Flores Noguera