01/05/2024
Cuando un hombre se ofrece como voluntario para hacer la barbacoa, se pone en marcha la siguiente cadena de acontecimientos:
(1) La mujer compra la comida.
(2) La mujer prepara la ensalada, prepara las verduras y prepara el postre.
(3) La mujer prepara la carne para cocinar, la coloca en una bandeja junto con los utensilios de cocina y marinado necesario y se la lleva al hombre que está descansando junto a la parrilla, cerveza en mano.
(4) La mujer permanece fuera de la zona de exclusión obligatoria de tres metros, donde la exuberancia de la testosterona y otras actividades de vinculación masculina pueden tener lugar sin la interferencia de la mujer.
Aquí viene la parte importante:
(5) EL HOMBRE COLOCA LA CARNE EN LA PARRILLA.
(6) La mujer entra a organizar los platos y cubiertos.
(7) La mujer sale para decirle al hombre que la carne tiene una pinta estupenda. Él le agradece y le pregunta si traerá otra cerveza mientras voltea la carne.
Importante nuevamente:
(8) EL HOMBRE SACA LA CARNE DE LA PARRILLA Y SE LA ENTREGA A LA MUJER.
(9) La mujer prepara los platos, la ensalada, el pan, los utensilios, las servilletas, las salsas y los lleva a la mesa.
(10) Después de comer, la mujer recoge la mesa y lava los platos.
Y lo más importante de todo:
(11) Todos ALABAN al HOMBRE y LE AGRADECEN sus esfuerzos en la cocina.
(12) El hombre le pregunta a la mujer si disfrutó de 'su noche libre' de cocinar y, al ver su reacción de enojo, concluye que simplemente no hay forma de complacer a algunas mujeres.
Desconozco el autor.
Tomado de la red.
Fomentando la Lectura.