26/10/2020
CARAPULCRA CON SOPA SECA CHINCHANA🧡
LOS MATRIMONIOS
Una crónica de Zoila Atúncar de Asín / Chincha, 1913-2014.
"...Es costumbre que la novia sea solicitada por los padres del novio, en lo que se llama «pedido de mano».
El padre, la madre y los abuelos (si los tiene vivos), van a casa de la novia a pedir la mano. Los padres, ante esta situación, exponen entonces las cualidades y medios económicos del joven y, a la vez, preguntan si la niña sabe desempeñar bien los quehaceres de la casa; si no fuera así, acuerdan un tiempo prudencial para que aprenda, acordándose según esto, el «plazo» para la boda. Luego de concertada esta, los padres de la novia sirven una copa de vino para «sentar» la palabra.
Una vez fijada la fecha del matrimonio, la novia elige como madrina de boda a la madrina de bautizo, es costumbre. El novio hace lo propio con el padrino.
La matanza (Fiesta anterior a la celebración del matrimonio)
Consiste en llevar a cabo una noche antes del matrimonio, la matanza de gallinas, pollos, pavos, carneros, chanchos, etc., que serán utilizados en la gran comilona que se arma después de que los recién casados regresan del templo. Pocas mesas mejor servidas que las que pone el campesino chinchano a sus amigos en estos grandes acontecimientos, pues son verdaderamente asombrosos no solo por su exquisitez sino por la abundancia de la comida y del vino.
En la noche en que se realiza la «matanza» hay un grupo de magníficas cocineras que se encargan de matar y de hacer los preparativos de la famosa carapulcra chinchana, «sopa seca», los pavos rellenos con picadillo y otros platos apetitosos que son el deleite de los invitados, pero solo se realiza la preparación de los platos, reservando para el día siguiente los aderezos.
Los novios que son objeto de esta recepción acompañan el acto hasta cierta hora de la noche o, mejor dicho, tienen obligación de asistir a la «matanza» de los animales. Luego se retiran a descansar y a prepararse para la ceremonia religiosa del matrimonio. Estas fiestas no le cuesta mayormente a los dueños de casa, porque a medida que van llegando los invitados estos le llevan regalos como, por ejemplo, un par de pollos, un s**o de papas, una arroba de fideos, un carnero, un chanchito, etc., de acuerdo con la situación económica de cada uno.
Los jóvenes bailan y los padres de mayor edad se dedican a libar muchas copas de aguardiente o de vino. Así se alegran los espíritus y los ánimos se exaltan, reemplazando los valses por la típica marinera o el «huaynito» serrano, repiqueteando al compás del cajón y la guitarra, las palmas en medio de los gritos de los concurrentes.
Esta fiesta viene a ser como la despedida de soltero que se estila en los tiempos modernos; con la diferencia que esta no la dan los amigos solos, sino el grupo íntimo de sus familiares y allegados de los novios...
Gracias por compartir este fracmento Omar Guerrero Rojas en tu muro de Facebook y por permitime hacerlo público.