13/08/2024
CAFÉ DE EXCELENCIA
Una taza de café caliente me despertó el sábado muy temprano, mientras sorbía ese aromático brebaje iba repasando las clases de cata en Vicoffe. Notas florales, tueste medio, acidez, cuerpo…cuando sonó el teléfono—¡Ya salimos! – exclamo Víctor.
Tomamos la vía hacia Santa Teresa, el destino: la Finca Nueva Alianza de la familia Aguilar Masías, en el tramo se armó la tertulia cafetera con F***y y Luz. A las 8 llegamos y casi en automático nos fuimos al mercado central a degustar un caldo de gallina como desayuno.
En la plaza de armas, bajamos de la camioneta y se acercó un joven de amplia sonrisa—Doctora F***y buenos días—Saludo efusivamente, F***y a su vez nos presentó a ese joven: Era el bicampeón de la taza de excelencia del año 2018 y 2021, Dwigth Aguilar Masías
Yo lo había conocido por los noticieros locales y nacionales en el ínterin del concurso más importante que premia la excelencia en los cafés especiales, había escuchado mitos urbanos-cafeteros sobre ese campeón, ahora que me lo presentaban sin más protocolo que un apretón de manos, lo conocería face to face.
Llegamos a la finca y nos recibió un grupo de caficultores de venían de Huayopata para recibir una capacitación en cafés especiales, minutos más tarde llego la delegación de la Universidad Intercultural de Quillabamba que venían de pasantía de un congreso sobre cafés donde estaban varios amigos y conocidos. En el amplio patio había un secadero donde los cafés en pergamino iban tomando rayos de sol.
--Mi padre y mi madre me inculcaron el conocimiento y amor al café—enfatizo en su bienvenida y comenzó una charla magistral que duro casi cinco horas, orgulloso nos mostró a la abuela de sus Geishas, variedad de café que le había hecho campeón. Recorrimos la finca con varias paradas para las charlas técnicas, mi espectro cafetero estaba siendo ampliamente abatido con nombres de nuevas variedades de café, nombres técnicos, métodos y técnicas de cultivo y clases sobre la importancia de conservar el ecosistema para obtener los resultados deseados. En el trascurso del recorrido solicitaba preguntas que respondía con absoluta convicción y de cuando en cuando alguien preguntaba a cuanto vendía el quintal de su café –¡Saca tus cálculos! --respondía sonriente.
Fue un viaje inesperado, de esos que no te dan tiempo a pensar, cuando me invitaron no dude en responder—¡Vamos! — Un viaje que venía planeando mentalmente hace ya varios meses, con un solo propósito: conocer más sobre los cafés especiales y aunque no tengo ninguna actividad relacionada más que el de un bebedor empedernido, pienso que debe ser una tarea de todo quillabambino conocer un poco del universo mágico y sensorial del café, incluso como perogrullo.
De regreso seguimos con la tertulia cafetera, las historias, las p***s y alegrías, los mitos y certezas sobre el café, llegamos a Santa Teresa y nos despedimos como nos conocimos, con un apretón de manos. Había conocido al bicampeón de la taza de excelencia, pero después de esas casi cinco horas de enseñanzas y aprendizajes, no solamente conocí al campeón, si no también conocí al maestro.
Ahora cada vez que me siente a disfrutar de un café en casa, en las tertulias con los amigos cafeinómanos, o con la pequeña de ojos bonitos, podre contar todo lo aprendido y seguramente con mucha vanidad diré que conocí al campeón.
Gracias Dwight, por los conocimientos compartidos, por ser ese espejo de muchos jóvenes cafeteros, por poner en alto el nombre de nuestra provincia, ¡por ese amor al café!
En la pampa de la luna, agosto del 2024