03/04/2023
LAS 10 CLÁUSULAS DEL BUEN BEBER
1–Un hombre bebe, pero jamás se emborracha. El que se excede, pierde. Y no sólo es un tema de estilo e imagen: la lucidez hace al caballero
2–El nivel etílico adecuado es el que no se nota. Un caballero no tiene memoria cuando se trata de amoríos efímeros, pero siempre recuerda cada detalle de lo ocurrido la noche anterior. El id**ta que celebra todas aquellas cosas que dijiste e hiciste, es precisamente eso: un id**ta
3–Un hombre no bebe tragos baratos. Deja el ron en botella de plástico a los novatos. A estas alturas de la vida, uno ya no puede cargar con dolores de cabeza inútiles y mucho menos sacrificar más neuronas en aras de una buena fiesta
4–Mientras más pura la bebida y menos mezclada, mejor. Nada que se combine con refrescos. En todo caso, dependiendo de la ocasión, está permitido sumergirse dentro del mundo de la buena coctelería. Mientras el resultado final tenga el color más cercano a la bebida base
5–Beber es un ritual social. La anforita en el buró significa que uno está metido en problemas
6–Cuando estás con los amigos, un hombre invita una ronda de tragos, nunca dos. Si pagas la segunda, además de ser un id**ta, los que te rodean no son amigos, sino vividores
7–Un hombre sabe elegir la bebida adecuada para cada momento del día. No arranca el día con un shot de Jäger, Está bien un espumoso en la mañana, tequila o un mezcal de aperitivo en la comida, abrir una botella de vino durante la cena y es relajante un whisky durante la última conversación de la noche
8–Al país que fueres, haz lo que vieres. Si en el pueblo blanco andaluz de Ronda el ritual es tomar un «chato» de anís para comenzar el día, es válido participar. Si en los países de tradición musulmana no se bebe alcohol, ni se te ocurra sacar tu anforita. Si en las fiestas de octubre de Alemania beben cerveza con schnapps, intégrate al festín con lo mismo y no insistas en beber mezcal en Munich
9–Como demuestran en Francia, el ritual de un buen trago es parte de la joie de vivre.
10–El gran cocinero peruano Gastón Acurio dijo con sabiduría: «Lo importante en la cocina es si un platillo sabe rico o sabe feo. Y éste sabe rico.» Lo mismo aplica a las bebidas.