11/25/2021
Hoy, día de agradecimiento, doy GRACIAS a DIOS por las oportunidades que me ha dado la VIDA, doy GRACIAS a TODAS las personas que se han cruzado en mi vida xq de todas he aprendido. Nadie se hace completamente sólo, todos hemos recibido ayuda de alguien, a veces sabemos de quien, otras veces ni lo sospechamos, hay tantos ángeles anónimos en nuestros mundos!!! A veces pensamos que se nos acaba el mundo porque una puerta se cerró… entonces nos recuperamos, seguimos caminando, y de repente nos damos cuenta que había tantas otras puertas, más grandes, más bonitas, diferentes… y descubrimos otros mundos, sorpresa!!! No había sólo uno 🙂
Hoy doy gracias especialmente a mi tiempo en WDC, fue una época maravillosa, me ha costado mucho dejarla, pero ya es tiempo de decir adiós, con mucho agradecimiento…
Los sueños se cumplen cuando uno sigue una pasión, en mi caso es dar, compartir, ayudar. En DC lo hice a través de mi comida de hogar. Nunca quise ser grande, crecer, cambiar mi comida, sofisticarla ni industrializarla. Yo quería darle a cada persona que probaba mi comida un pedacito de recuerdo, de nostalgia, de hogar. Hubo grandes “chefs” que me decían “es que esa comida es aburrida”, y me sugerían “espuma de caraotas negras, nubes de arroz blanco, caramelos de plátano dulce, hilos mágicos de ternera” (léase: pabellón), pero yo siempre decía “es que para mis clientes es más fácil encontrar un restaurante con estrellas Michelin que una auténtica comida de hogar”, y eso es lo que me gusta darles.
Gracias a mis clientes que me permitieron seguir cocinando aún sin tener familia para quien hacerlo. Cuando me mudé de DC, continue con la tradición de hacer Hallacas, pan de jamón y tortas negras (maceración de un año). Los últimos tres años todo lo recaudado por mi comida de navidad fue a Venezuela, a poner en varias mesas una cena de navidad.
Cada vez que cocinaba para Navidad era como cocinar para mi familia, y cada día de reparto era como un día de visitas a Venezuela: yo me arreglaba para esas visitas y en las casas siempre me recibían con emoción, “mami llegó la señora de las hallacas”, “More que bueno verte, quieres un cafecito?”, una vez una niñita le pregunto a su mamá cuando ya me iba, después de un rato de compartir “mami, ella es mi madrina?”, jajaja tan Bella!!! Y eso me llevó a mi misma a confundir clientes con amigos, hasta que, a raíz de mi traumático divorcio, una cliente/amiga me dijo “Morela, no le hables de tus cosas personales, no te confundas, ellos son tus clientes, no tus amigos”… y aterricé 😞
Pero sé que algunos son mis amigos… eso espero en mi corazón 🙂
Cuando uno está sólo (y sólo es SÓLO = 1), uno se puede confundir fácilmente. Cuando oigo a alguien decir “yo me vine solita, con mi esposo y mis hijos”, ok… eso no es venirse sólo…
Toda esta perorata para decirle a mis clientes y amigos de Washington DC que ya Morela no hará más Hallacas ni pan de jamón, que Morela se va al Norte de Florida, a dónde se retiran los “snow bird”, y que muchas gracias, fue un placer hacer negocios con ustedes 🙂
Gracias a Dios hoy en día hay muchas opciones de comida venezolana en WDC que no había hace 13 años. El sol sale para todos, y esta historia continuará…