08/04/2024
Hoy toca reflexionar un poco. Llevo ya ocho años largos en EEUU y, siempre, alrededor de la comida. El aceite de oliva virgen extra me trajo aquí. He pasado por numerosísimas ciudades norteamericanas. He visitado casi la mitad de los 50 estados de la Unión. He tenido un foodtruck de comida española. Cocino paellas cada semana desde no sé cuando. He estado en ferias locales e internacionales en LA, NY, Chicago, Miami, Houston, etc. He hablado con numerosos productores y empresarios españoles. Y desde casi un año y medio soy dueño de un restaurante ubicado en un pueblo de Texas, llamado Castroville. Creo tener cierta idea de lo que representa la gastronomía española en EEUU. Y mi diagnóstico no puede ser más negativo: simplemente, no existe (sálvese NY y Miami). El resto, no existe. Existen minúsculas islas esparcidas por el gigante americano. Pero nada más. Valientes que intentamos trasladar, en lo que podemos y nos dejan, nuestras señas de identidad cultural. Pero nada más. La comunidad española (escasa y muy pequeña) no ayuda tampoco gracias a que en "su casa todo sale mejor " y es "muy caro" (obviando un mínimo y parvulario análisis de costes). Descartado el apoyo patrio -qué envidia dan en este caso los mexicanos-, lo que queda es un solar. Un gigantesco solar dominado por cadenas y restaurantes típicos de cada zona que ofrecen, uno tras otro, lo mismo. Respetable pero incomprensible. Tienes que frotarte los ojos, una y otra vez, para ver como la gastronomía española se jacta de ser la mejor del mundo -y lo es- y que carezca totalmente de proyección internacional. Y he estado también en muchos países a lo largo de mi vida y puedo dar fe de ello. Es más conocido un gyro griego que una paella, o un taco que una tortilla de patata (por aquello del lío de la tortilla). Y es que España, Imperio en otros tiempos, se ha dedicado a otras cosas en este y otros territorios (en Hispanoamérica es obvio su legado, sin duda). Pero mientra que cada pizzeria es una embajada italiana, nada de eso ocurre con España. Por eso es tan complejo y complicado el tema y la solución. Tal vez porque nunca fuimos una comunidad influyente (desaparecidos desde 1898) o porque no nos gusta ningún otro país salvo el nuestro, por cainita y envidioso. Por cierto no se empeñen en hacer minipatrias en la gastronomía. La gente no tiene ni p**a idea qué es Cataluña, Extremadura, Castilla-León o Cantabria. Al menos colocan España en el mapa. Pero poco más. En fin, una ardua tarea. Mucha.
📷 Ismael Rodriguez