21/12/2017
¿Alguna vez te pusiste a pensar en lo estúpida que es la pirotecnia? ¿A quién se le habrá ocurrido que una explosión podía significar festejo, alegría y felicidad? Toda explosión es violenta... ¿Por qué festejamos con violencia? ¿Y para qué? Decimos: "¡NO a la VIOLENCIA!", y después la llevamos a casa, festejamos con ella, y la presentamos como símbolo de nuestra felicidad... Tenemos que analizar un poco más las cosas. Si no... ¿Para qué tenemos la cabeza? ¿Para llevar pelo no más? :D
Lo que muchos no saben, es por qué los perros y los demás animales no humanos se asustan tanto. Entran en pánico porque, justamente, no pueden asociar las explosiones con festejo, ni alegría ni felicidad. Y en eso, tenemos que reconocerlo, son más sensatos que nosotros. Los humanos tenemos dos mecanismos mentales que nos protegen del pánico, y que ningún otro animal en la Tierra tiene: en primer lugar, podemos prever las explosiones. De manera más o menos consciente, nos preparamos para escuchar (y soportar) los estruendos. Ya sabemos de antemano que ocurrirán, y esto nos permite "armarnos" mentalmente. Por eso, cuando explota un petardo en otras épocas del año, nos asusta mucho más. La otra herramienta exclusiva de nuestra especie, que nos protege del pánico, es la posibilidad de darle un significado inmediato a estas explosiones. Cada vez que nos sobresaltamos por la detonación de un petardo, consciente o inconscientemente, pensamos: "Ah... Es un cohete". Y ese pensamiento nos tranquiliza... Relativamente, porque no sabemos cuándo nos volverán a sobresaltar. Pero al menos sabemos de qué se trata, y eso significa que no estamos en peligro. Los demás animales, en cambio, no pueden hacer nada de todo esto. No pueden prepararse mentalmente para las explosiones, porque no pueden predecirlas, y tampoco pueden atribuirles un significado tranquilizador. Lo más parecido a estos estruendos, para los perros, los gatos, los pájaros, y todos los animales no humanos, son los truenos. Pero si los truenos fueran tan fuertes y tan seguidos, se trataría de un diluvio universal: una catástrofe mundial. Por eso entran en pánico.
Algunos consejos:
Según el grado de temor que sienta tu perro, lo mejor que podés hacer es:
1º) Si no se descontrola, reíte, como burlándote de su miedo. Ellos nos observan, para saber qué reacción deben tomar cuando no saben de qué se trata. Reíte a carcajadas, y festejá cada explosión que lo asuste.
2º) Si se desespera y quiere escapar, ofrecele un espacio seguro, libre de cables y otros peligros, lo más parecido a una cueva (debajo de una mesa o una cama, dentro de un placard con la puerta entornada, el hueco de una escalera fija, etc.), y no hagas nada, simplemente sentate a su lado. Conservá tu calma en todo momento, aunque quizás con eso no alcance: si te ponés nervioso/a esto asustará más a tu perro. Pronto pasará. El momento crítico dura apenas unos minutos
3º) Si el miedo es mayor y lo paraliza, no lo levantes en brazos (a menos que el mismo perro de algún modo te lo pida, y su tamaño lo permita): agachate y abrazalo. Ofrecele con tus brazos la seguridad de la protección intrauterina. Y cantá. Cantá de manera tranquila y suave, casi susurrando alguna canción melódica (o tarareando), como si estuvieras arrullando a un bebé para inducir su sueño.
4º) Cualquiera sea su grado de temor a las explosiones, dale de comer varias horas antes de las doce de Noche Buena (que es cuando se incrementan las explosiones), y mantené el pote de agua con poco líquido (pero controlalo, para que no pase demasiado tiempo sin beber). Y si estás en una zona donde las detonaciones ocurren durante todo el día, y tu perro se asusta mucho, dale de comer y beber en pequeñas cantidades ¿Cuál es el propósito de los consejos de este ítem? Evitar que tenga el estómago lleno (de comida o de agua) cuando empiece a correr y ladrar, porque esto podría ocasionar que se le dé vuelta el estómago (Torsión gástrica), lo cual casi siempre provoca la muerte, en treinta minutos o menos. Tené en cuenta que el alimento balanceado, al suministrarse seco, es pequeño y muy liviano. Pero al hidratarse con los jugos gástricos de su estómago, en diez minutos duplica su tamaño, y su peso aumenta mucho más. Por lo tanto, aunque te parezca que comió poco, puede tener suficiente peso en su estómago como para que éste lo estrangule por dentro, cuando se sobreexcite por los petardos.
5º) Si se queda solo/a en tu casa (porque festejás en otra casa), dejale encendida la tele o una radio, y también algunas luces, para que los estruendos y los destellos no sobresalgan tanto en el silencio y la oscuridad. Aunque, si se asusta mucho con las detonaciones, sería mejor que NO lo dejes solo: al regresar podrías encontrarlo mu**to de miedo: literalmente...
6º) En todos los casos tené en cuenta que, si entra en pánico, puede hacer cosas que nunca hace, como: morder cables eléctricos o destrozar diversos objetos (para canalizar la ansiedad), escaparse a la calle (creyendo que el peligro está dentro de la vivienda), llevarse cosas por delante, p*sar accidentalmente algún vidrio o madera con clavos (aunque habitualmente tu perro sea muy hábil para esquivarlos), etc. Por lo tanto, tomá precauciones adicionales, y dejá fuera de su alcance todo aquello que pueda causarle daño.
7º) Cuando hayan cesado las explosiones, abrile la puerta del fondo o sacálo a la calle para que orine (Si se asustó mucho, es muy probable que haya bebido más agua de lo habitual, y por la tanto tendrá necesidad de hacer p*s).
¿Vieron qué importante es superar la etapa de la estupidez humana (en éste, y en muchos otros sentidos)? Por eso no queremos a la pirotecnia.
¡Tengamos todos FELICES, TRANQUILAS E INTELIGENTES FIESTAS!
PD: Compartí esta reflexión y estos consejos, no solo en el Facebook: comentáselo a tus vecinos, a tus amigos, a tus familiares, a todo aquél que tenga algún perro, como también lo hago yo, para que juntos podamos derrotar a esta estupidez, y para que cada cual sepa qué precauciones tomar mientras la estupidez siga tronando.